La democracia no se toca es un libro de muy reciente publicación que fue escrito por los altos funcionarios del Instituto Nacional Electoral (INE) Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Su presentación tuvo lugar el domingo 29 de enero de 2023 en el Centro Cultural San Ángel. Además de contar con la presencia de los autores, también hicieron uso de la palabra José Woldenberg y Jacqueline Peschard; moderó Carmen Aristegui. En una entrevista con Carlos Marín, los autores expusieron que se trata de un manual para comprender la democracia y así tener argumentos para defenderla.
Vi que tenía la foto de “la marcha por la democracia” en la portada. Me picó la curiosidad, ni bien pude fui a la librería más cercana con el fin de adquirir el libro, que sospechaba que iba a ser una crítica a la propuesta de reforma electoral de Andrés Manuel López Obrador con un formato de divulgación, amable para el gran público, del estilo de libros como El fiscal de hierro.
Sin embargo, cuando abrí el libro por primera vez y vi el cambio de tipografías, colores chillones, dibujos y diagramas, cambié de opinión. No pude más que recordar la serie de libros llamada Quiúbole con… que sacaron en su momento Gaby Vargas y Yordi Rosado: una serie donde se trataban de explicar al público adolescente, de forma descontracturada e interactiva, algunos temas difíciles o considerados tabú.
No digo con lo anterior que un libro con tal formato esté mal per se, pero sí demuestra que va dirigido a un sector del público de menor edad, lo que entra en contradicción con su propósito de ser un manual para el ciudadano. Dentro de los cambios de tipografía pueden leerse narraciones ficticias en primera persona con un tono que busca ser descontracturado, narraciones hipotéticas que describen cómo sería el país si no existiera el INE, e incluso cuestionarios de opción múltiple que buscan ver cuánto sabes de democracia antes de leer la obra. Una de las preguntas formula: “¿Quién inventó la democracia? a) El pueblo francés en el siglo XVIII, b) Los antiguos griegos y c) Los partidarios de AMLO” (Creo que sobra hacer un comentario).
El contenido del libro, que pretende ser un manual, tiene sus virtudes: explica de manera didáctica muchos detalles del funcionamiento del INE que el grueso de la población desconoce, o bien explica también de buena manera cómo se han desarrollado las reformas electorales a lo largo de la historia del país. Sin embargo, no es un libro que aporte algo nuevo, sobre todo entre quienes hayan escuchado hablar un par de veces a Lencho, Ciro, Pepe o Jackie.
En primera instancia, se trata de un trabajo que admite únicamente un concepto procedimental de la democracia; no considera otros aspectos que contribuyen a generar una democracia sustantiva. Se toca de manera muy tangencial la democracia directa, tema medular de la iniciativa presidencial de reforma electoral. Esto denota que más que una intención de debate, el libro busca tirar palazos a diestra y siniestra.
En segunda instancia, es un texto que no se cansa de resaltar la imparcialidad del INE, cuando, en cambio, en medio de las explicaciones se notan ataques, algunos sutiles, otros frontales, al gobierno de la 4T. Esto también se antoja contradictorio, pues el libro oscila entre ser un texto explicativo y un panfleto de la oposición al gobierno, no del supuesto árbitro electoral que dicen ser. Retomando un ejemplo que ponen, si la 4T es el América y Va por México las Chivas, ellos serían un árbitro muy chivista.
También dentro de estos ataques frontales a la 4T, en la página 215 del libro ponen un quiz de, tipo verdadero o falso, intitulado: “¿Cómo saber si mi presidente es populista?”. Todas las aseveraciones de ese fragmento son las frases que usa la oposición para hablar del “Peje polarizador”. En otros términos, acusan al presidente de populista sin siquiera dar una definición un tanto rigurosa del concepto. Son fragmentos dedicados exclusivamente a descalificar a una figura pública por parte de quienes dirigen el llamado órgano más imparcial del Estado.
Podría rebatirse o al menos debatirse una gran cantidad de aseveraciones en cada capítulo de este libro, comenzando por el argumento del precio de la desconfianza, que abordé en una columna anterior; o bien, la cuestión de la obligatoriedad de la credencialización por parte del órgano electoral, y un largo etcétera que no puedo tratar aquí por cuestiones de espacio.
En conclusión, La democracia no se toca es un libro que se queda a mitad de camino en todo: un manual para ciudadanos con formato de texto infantilizador; un documento supuestamente imparcial que tiene aires de panfleto; un texto que se regodea de su honestidad intelectual y termina pronunciando todas las opiniones de la oposición. Es el último suspiro de Ciro y Lencho al frente del INE; es su transición de árbitros a jugadores y es la doxa de la oposición disfrazada de honestidad intelectual.