A lo largo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador la oposición ha librado una batalla para apropiarse del concepto de sociedad civil. Difícil sería negar que el identificarse como oposición ciudadana y representante de la sociedad civil ha sido uno de los objetivos principales en su estrategia discursiva para regresar al poder en 2024.
Esto implica que las organizaciones cercanas a la oposición que emanan del entramado de relaciones de algunos sindicatos patronales liderados por Claudio X. González buscaron apropiarse del término sociedad civil en general. Hablamos, por supuesto, de Sociedad Civil México, Mexicanos Contra la Corrupción, Unidos por México, etcétera. Con ello, pretenden asumir que la Sociedad Civil, como figura virtuosa y neutral, busca únicamente los objetivos de la oposición, como podrían ser la resistencia a la reforma electoral —defender la democracia, como ellos le dicen— o lo que ellos llaman la “defensa de la autonomía de poderes”, entre otros fines.
No es el objetivo del presente artículo retirarle el estatuto de organizaciones de la sociedad civil (OSC) a los organismos previamente mencionados, porque lo son; sino denunciar el peligro que representa que un solo sector se apropie del término sociedad civil dentro de una democracia. Más peligroso aún si dichas organizaciones son acólitos de un proyecto político partidista, como es la coalición opositora.
En su Diccionario de Política, Norberto Bobbio afirma que “se entiende por sociedad civil la esfera de las relaciones entre individuos, entre grupos y entre clases sociales que se desarrollan fuera de las relaciones de poder que caracterizan a las instituciones estatales” (página 1523). Es decir que la sociedad civil es el espacio en el cual se desarrollan las relaciones sociales fuera del Estado. En dicho espacio se llevan a cabo disputas y alianzas para defender los intereses de sus actores.
Con base en lo anterior podemos afirmar que dentro de la sociedad civil conviven intereses diversos y a menudo contradictorios. También es posible decir que, además de la concepción más común de que las OSC son organizaciones no gubernamentales y poco más, también son OSC tanto los sindicatos de trabajadores (como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México), como los sindicatos patronales (como la Confederación Patronal de la República Mexicana y el Consejo Coordinador Empresarial), además de distintos actores de la prensa y la opinión pública, junto a un largo etcétera.
De esta forma, tanto los familiares de desaparecidos que clavan un palo en la tierra y lo huelen con el fin de saber si debajo de ellos se encuentra una fosa clandestina, como los patrones que se unen para oponerse a una reforma fiscal forman parte de la sociedad civil organizada. Hay actores que luchan por adquirir derechos y otros que pujan por conservar sus privilegios.
La organización Sociedad Civil México es el mayor exponente del intento de apropiación del término. Principalmente se dedican a formar espacios para criticar al gobierno y su objetivo principal es, como ellos mismos lo afirman, “lograr la alternancia en 2024”. Esta, y todas las organizaciones que forman Unid@s tienen objetivos y prácticas similares y demuestran servir principalmente a la voluntad de Claudio X. González.
Las OSC previamente citadas son prueba también del miedo que tiene la oposición a demostrarse como es: una coalición de partidos que han gobernado de mala manera nuestro país en las últimas décadas y que, además, están al servicio de los sindicatos patronales que los apoyan con tal de volver a gozar los privilegios de la cercanía al poder del Estado. Dichas organizaciones son también tentáculos de los sindicatos patronales previamente enumerados, que no han tenido miedo de expresar el asco que sienten por los partidos pero que los reconocen como un mal necesario para la consecución de sus objetivos.
En conclusión, técnicamente las organizaciones en cuestión forman parte de la sociedad civil. Pero dentro del conjunto sociedad civil existe una multiplicidad de objetivos que ellos desprecian o pasan por alto y, en cierta forma, así la consiguen invisibilizar. Por ello, hace falta un término para tipificar a esas OSC y distinguirlas del resto: son organizaciones de la sociedad fifí.
Referencias
Bobbio, N., Matteucci, N. y Pasquino, G. (Eds.). (2015). Diccionario de política. Siglo XXI editores. Ciudad de México.