No más encubridores en las instituciones

Columnas Plebeyas

El 31 de octubre de 2022 Ariadna Fernanda López fue víctima de feminicidio en la Ciudad de México. Su presunto feminicida trasladó y abandonó su cuerpo sin vida en la autopista México-Cuernavaca, por lo que el caso fue tomado por la Fiscalía General del Estado de Morelos. El 4 de noviembre el 2022, el hoy exfiscal morelense, Uriel Carmona, informó en conferencia de prensa que existía evidencia científica para afirmar que Ariadna murió a causa de una intoxicación alcohólica y una consecuente broncoaspiración, por lo que la necropsia no era coincidente con un feminicidio. Días después, el 6 de noviembre, la entonces jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que la Fiscalía General de Justicia capitalina realizó una segunda necropsia por petición de la familia de la víctima y en ella se encontró que la verdadera causa de su muerte fue un trauma múltiple mortal por golpes. 

“Sí fue feminicidio, sí lo fue. El caso de Ariadna es un feminicidio”, declaró Sheinbaum entonces. 

Las afirmaciones de Uriel Carmona sin duda sugieren que intentó encubrir un feminicidio, lo cual es una acción de alta gravedad en cualquier circunstancia, pero sobre todo si se realiza desde la titularidad de la institución que debería procurar y garantizar la justicia. Sabemos que no es la primera vez que nos encontramos ante un caso de feminicidio que fácilmente pudo haber terminado en impunidad, sobre todo en nuestro país. Por esta razón, es sumamente importante lo que ocurrió este 4 de agosto de 2023: mediante un operativo coordinado de la Fiscalía de la Ciudad de México, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Marina, fue detenido el exfiscal de Morelos por el delito de obstrucción de la justicia en el caso del feminicidio de Ariadna Fernanda López. 

Me permito hacer todo este recuento del caso debido a que pareciera que existen personas, sobre todo mujeres feministas, que no lo tienen claro. Marzo es un mes que nos congrega a todas por su contexto histórico y político, pues nos unimos para exigir la erradicación de la violencia contra las mujeres y justicia para todas las que han sido víctimas; sin embargo, debemos recordar que la lucha feminista se realiza todos los días. Quienes nos nombramos feministas sabemos que tan sólo el hecho de que un feminicidio hoy se nombre y se catalogue como tal es una victoria de este movimiento, pues significó el reconocimiento del último y más grave tipo de violencia cometido hacia las mujeres por el simple hecho de serlo. 

Es por todo lo anterior que no debería haber duda de que el caso de Ariadna está marcando un precedente importante: cada vez nos acercamos más a la posibilidad de tener autoridades que demuestren estar a la altura del problema. Pero es lamentable leer las opiniones de algunos medios de comunicación y de compañeras, sobre todo simpatizantes de la oposición, que se han concentrado en cuestionar el proceso legal de la detención, acusando a las autoridades de actuar conforme a intereses políticos y catalogando la detención de Uriel Carmona como un show mediático. 

Ante esto sólo queda hacer un llamado. No podemos permitir que las diferencias políticas minimicen la valiosa labor que actualmente están realizando las instituciones que buscan justicia, desempeño que no habíamos visto antes. Con ello, se está logrando que los crímenes contra las mujeres sean vistos como lo que son: actos de violencia profundamente arraigados en una estructura de desigualdad. Se ha dicho muchas veces y con estos hechos se comprueba: la verdadera lucha feminista no puede ser de derecha, pues exige un compromiso constante y coherente en la búsqueda de la igualdad y la justicia que no es compatible con el conservadurismo ni con proyectos políticos que sólo muestran interés por nuestros derechos un día al año.

Debe decirse, sobre todo porque existen voces públicas que no quieren admitirlo: se está dando un gran paso para saldar la deuda histórica que el sistema de justicia tiene con las mujeres y ello es de suma importancia no sólo para lograr el esclarecimiento del caso de Ariadna, sino para advertirle a la sociedad y a quienes se encuentran en un cargo de poder que nunca más se va a permitir la complicidad ni la impunidad.

Justicia para Ari y para todas. 

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