Los días 16 y 17 de enero se realizó el primer Encuentro Nacional de Legisladoras Locales de la 4T L4TEN, organizado en la Ciudad de México por el Aquelarre de Donceles, un grupo integrado por mis colegas diputadas Ale Méndez, Marce Fuente, Nancy Núñez, Valeria Cruz, Xóchitl Bravo, Valentina Batres y su servilleta.
Llegamos un total de 50 mujeres, representantes de Aguascalientes (dos), Baja California (siete), Campeche (una), Chiapas (dos), Ciudad de México (nueve), Coahuila (una), Colima (tres), Estado de México (una), Guerrero (tres), Hidalgo (dos), Jalisco (dos), Michoacán (dos), Morelos (dos), Nayarit (una), Querétaro (una), Quintana Roo (una), Sonora (cinco), Tlaxcala (una), Veracruz (tres), Yucatán (una) y Jalisco (una).
Este encuentro surgió porque teníamos la necesidad de articularnos. Existen situaciones a nivel nacional y estatal de las que no te enteras hasta que asistes a una reunión como esta y escuchas información, historias, necesidades y distintos puntos de vista. Por ejemplo: en los congresos locales puede trabajarse en diversas agendas a un ritmo específico. Son como el reglamento interno del edificio en donde puedes prosperar independientemente de que en la colonia haya una serie de reglamentos generales. Este ejemplo casero es para que nos ubiquemos: este fue un encuentro entre diputadas locales, no federales.
En estos congresos locales se revisan las particularidades de cada estado porque cada uno tiene sus propias lógicas, movimientos, narrativas. Cada uno refleja la identidad de su territorio en sus respectivas leyes, normas, etcétera, y la relación entre los parlamentos es muy necesaria para entendernos mejor como país.
El Congreso de la Ciudad de México es fundamentalmente de izquierda; esta ciudad es gobernada por la izquierda desde hace casi 26 años, lo que ha significado que un montón de derechos sociales avancen y otro montón de reformas interesantes se desarrollen y coloquen primero en la ciudad antes de irse a lo federal. En ese sentido, tiene una lógica distinta al congreso federal, donde diputadas y diputados ven las generalidades del país y responden al proyecto de nación.
Nos pareció importante reunirnos entre diputadas locales de la cuarta transformación justo para conocernos, compartir estrategias, puntos de vista, penas y glorias y sí, hicimos un espacio muy entre nosotras, sin asesores ni asesoras, para dialogar desde quiénes somos, compartir nuestros saberes y cómo miramos el mundo.
Después de dos días de trabajo, esta reunión me dejó un panorama totalmente distinto. Visité las entrañas de muchos estados a través de los ojos de sus diputadas; conocí, entidad por entidad, cómo manejan su relación con el ejecutivo, descubrí que donde gobierna la oposición las compañeras están resistiendo, intentando colocar dos o tres temas, intentando prosperar y hacer alianzas. En los estados donde gobiernan las mujeres la agenda crece diez veces más. En los estados donde gobierna nuestro movimiento pero con compañeros hombres, se avanza más lento.
El común denominador del encuentro fue que todas ubican el pacto patriarcal. Hay compañeros que trabajan bien y su relación con las mujeres es igualitaria, pero muchos otros no. Hay mucho que hacer para que la paridad se haga costumbre. Encontramos que en congresos donde hay mayoría de mujeres, todavía son los hombres quienes tienen más espacios de poder, como pueden ser las comisiones de justicia, hacienda, puntos constitucionales o las presidencias de mesas directivas y grupos parlamentarios.
Otra cosa que me llamó la atención es la relación entre los grupos de parlamentarios de acuerdo a cada estado. Por ejemplo, el de la Ciudad de México tiene sus particularidades, pero es bastante unido en lo que llevamos del periodo. Hay lugares donde el movimiento tiene sus diferencias importantes y eso es un reto.
Quedamos muy motivadas a hacer red y una de nuestras primeras acciones, por ejemplo, será desarrollar estrategia respecto al caso de la saxofonista María Elena Ríos, agredida por el exdiputado Juan Vera Carrizal, y ante su concesión con el juez de control Teódulo Pacheco Pacheco.
El gran desafío del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es visibilizar su parte feminista, que es muy grande. Este encuentro, en palabras de Valentina Batres, superó todas nuestras expectativas. Compartimos mucho más de lo que disentimos. A todas las diputadas locales de la 4T nos suceden cosas semejantes y vemos la misma necesidad de que la práctica política feminista sea más común y vaya siendo una realidad. Nos identificamos con ese exótico movimiento que afirma que las mujeres somos personas: los feminismos latinoamericanos que han puesto el dedo en la llaga hacia los feminismos mundiales en lo relativo a las transversalidades, pues no es lo mismo ser mujer que ser mujer indígena, lesbiana, pobre, negra, prieta. El principal punto de unión entre el feminismo y la cuarta transformación es la justicia social porque desde ambos movimientos se habla, sobre todo desde entonces; en esas transversalidades está el punto en común, es decir, si los feminismos no hablan de justicia social, no lo son; si Morena no habla de justicia social, también en clave de la desigualdad mayor que tienen las mujeres, tampoco es izquierda.
Ahora nos toca el seguimiento. El feminismo tiene algo muy interesante y entrañable: no es una cita de un día de la semana, es una práctica de vida; no es un libro que te echas, es una práctica de vida; no es parte de tu agenda, es una práctica de vida; es toda tu agenda, es los ojos con los que miras, es dónde te colocas en el mundo.
Este fue un primer punto de encuentro donde hubo muchas coincidencias, pusimos todo el entusiasmo para la sincronía. Pero la cosa es mucho más profunda y, en ese sentido, tiene su ritmo. Nos articularemos temáticamente, es decir, compartiremos iniciativas, puntos de vista y estrategias. Lo que sigue es echar montón para apoyar las distintas conversaciones, hacernos presentes; respaldarnos cuando estemos en situación de desventaja o alguna circunstancia de injusticia. Echar montón en el más amplio sentido de la palabra.
A lo suave, con paciencia y a la feminista nos iremos articulando al mismo tiempo que legislamos, trabajamos en territorio y pertenecemos a un proyecto y partido político. No olvidamos que Morena es el único partido político que le apuesta a la paridad todo el tiempo, y en el aprendizaje constante de cómo se pone en práctica eso que se llama paridad sustantiva, nos acostumbramos y nos vamos acompañando.
La articulación tendrá su ritmos, pero deberíamos apostarle a un primer Encuentro Nacional de Feministas de la Transformación, donde estén convocadas todas las feministas, dentro o fuera del partido, dentro o fuera de los congresos.
Al Aquelarre de Donceles nos queda la satisfacción de haber convocado a este primer impulso, y nos toca el empuje y entusiasmo para que la articulación sea una necesidad vital.
La mayor sorpresa y desafío es descubrir que Morena es feminista, y lo podemos decir en voz alta.