La ciudad sin conciertos

Columnas Plebeyas

Bastó que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, anunciara el concierto gratuito de Rosalía en el Zócalo, para que la oposición descubriera su nueva causa: ahora se oponen a los conciertos. Quienes en pasados gobiernos llegaron a aplaudir las presentaciones de Miguel Bosé, Roger Waters y otros tantos, ahora se rasgan las vestiduras porque una de las artistas hispanohablantes más exitosas en la actualidad va a visitar una de las ciudades más importantes del mundo.

Esta postura de la oposición en la Ciudad de México no sorprende, pues ya se ha hecho costumbre que, cada que la jefa de gobierno propone algo o anuncia algo, automáticamente defienden cualquier cosa que se le oponga.

Pero, si nos tomamos en serio que estos personajes realmente se oponen a los conciertos gratuitos en la ciudad, es necesario retomar sus argumentos para combatirlos. Hasta el momento, la mayoría de las críticas de la oposición se basan en dos argumentos: por un lado, hacen referencia a cifras imaginarias de lo que creen que el concierto le va a costar a la ciudad, aseguran que este gasto es un desperdicio de los impuestos pagados por los contribuyentes. No se dan cuenta, o no aceptan, que el derecho a la cultura, al ocio y al esparcimiento, establecidos en la Constitución de la Ciudad de México, deben ser garantizados por el gobierno, a través del ejercicio de presupuesto. Al oponerse a que el gobierno destine recursos en actividades culturales, entre las que se encuentran los conciertos, también se oponen a que la gente de menores ingresos tenga acceso ellos; solamente defienden el derecho de quien tiene dinero a pagar una entrada para un evento de clase mundial.

Por otro lado, sostienen que el dinero, que supuestamente se va a gastar en el concierto, se pudo haber utilizado en otras cosas, principalmente en gasto en movilidad. Existen dos problemas con este argumento, en primer lugar, exhibe ignorancia sobre el ejercicio del presupuesto, ya que este se organiza en partidas y no es posible reubicarlo a contentillo. En segundo lugar, incluso aunque el concierto fuera a costar las cifras que ellos dicen, estas ni siquiera se acercan a ser significativas para el gasto en movilidad de la Ciudad de México. De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto, para el próximo ejercicio fiscal, se destinará un monto de 28 mil 967.9 mdp para Movilidad Integrada, 21 mil 173.8 mdp para el sector Salud, 18 mil 157.1 mdp para Educación y 15 mil 845.1 mdp para Medio Ambiente

Además, claro, que muchas veces desconocen o de plano difunden falsedades sobre el gasto en mantenimiento del metro y las inversiones históricas en electromovilidad y la red de transporte de la Ciudad que no son motivo de esta columna.

Sin embargo, yo dudaría de la convicción de su supuesto rechazo a los conciertos. ¿Cuándo los personajes de la oposición que salieron a criticar el concierto de Rosalía se han opuesto a los conciertos, festivales y distintos eventos culturales que los gobiernos de sus partidos llevan a cabo en las alcaldías? ¿alguna vez han tachado esos gastos de superfluos? Por supuesto que no.

Pero bueno, démosles el beneficio de la duda, igual en una de esas sí están convencidos y próximamente veamos a uno de sus diputados proponiendo una Ley por una ciudad sin conciertos. 

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