A estas alturas, podemos más o menos estar de acuerdo con la idea de Sócrates y de Platón de que el amor es el camino, nexo con lo que la humanidad considera perfecto y divino. “Sirve de conexión y comunicación que llena el vacío que existe entre lo visible y lo invisible”.
¿Por qué inicio hablando del amor en una película que algunos afirman que es ciencia ficción? Si recordamos la conversación en torno a Interstellar por los días de su estreno, es decir, 2014, nos encontraremos con que muchas de las críticas más duras hacia el filme se centraron en la simpleza de su conclusión y en el poco rigor científico con que se abordaron sus narrativas principales.
Y es que uno de los pilares centrales de la película es el amor: la ingeniera Brand se echa un discurso sobre confiar en el amor y para el final de la película el mismísimo protagonista, cuyo rol inicial de hecho fue ser un opositor al discurso de la utilidad del amor, termina diciendo con locura que la solución a todos los problemas de la existencia humana es el amor.
Ahí fue donde vinieron las críticas, muchas de la prensa especializada, que redujeron el amor a su significado más simple, por supuesto superficial y abusado principalmente por la cultura pop. Hicieron creer al público y creían ellos mismos que el planteamiento del amor en la película era tan superficial como sus análisis.
A diez años de su estreno, la película sigue en boca de las personas, tan es así que en redes sociales una de las músicas más utilizadas para hacer de un reel una pieza conmovedora es el tema principal de Interstellar.
Pero no es sólo la música. Christopher Nolan hace un viaje perfecto narrativo para hablar de la conexión entre lo visible y lo invisible, hasta llegar a lo perfecto, a lo divino. En una de las escenas finales podemos ver a nuestro protagonista, Cooper, decirnos de forma literal que nos desapeguemos para poder seguir trascendiendo, y tras este hecho acudimos a una explosión de divinidad tanto visual como auditiva. Después, se da cuenta del verdadero significado del amor y de las posibilidades infinitas que nos otorga.
A una década de su estreno, la película regresa a la pantalla grande en IMAX, otra oportunidad para discutir lo superficial. O lo profundo.