Desmitificando el mantra neoliberal del trickle-down economics en México

Columnas Plebeyas

Un slogan neoliberal repetido como mantra, y que todavía algunos atrevidos sostienen, es que si se reducen los impuestos a las empresas y a los ricos, utilizarán ese ingreso adicional disponible para aumentar la inversión y, con ello, la tasa de crecimiento económico, de generación de empleo y el ingreso de los trabajadores. A este mantra se le conoce como trickle-down economics, o efecto de derrama o goteo.

No obstante, la evidencia para México no respalda que este mantra sea cierto. En una entrega anterior, señalé que el porcentaje de la recaudación federal que proviene de los grandes contribuyentes fue de 27.8 por ciento en 2015 y para 2021 se había elevado a 42.8 por ciento. Si el goteo realmente existe, se tendría que presentar un mejor desempeño en las tasas de inversión, crecimiento económico o salario. 

Vamos a ver: 

  • De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la variación porcentual anual del Indicador Mensual de la Formación Bruta de Capital Fijo, que es un indicador sobre el comportamiento de la inversión en el corto plazo, fue de 4.8 por ciento para 2015, mientras que para 2021 fue de 9.3 por ciento. 
  • Según el Banco Mundial, la tasa de crecimiento del producto interno bruto mexicano fue de 3.3 por ciento para 2015 y de 4.8 por ciento para 2021.
  • También de acuerdo con el Inegi, la tasa de informalidad laboral al fin de 2015 fue de 58.1 por ciento, mientras que al cierre de 2021 fue de 55.8 por ciento. Esta tasa se refiere al porcentaje de personas que trabajan en microempresas no registradas, autoempleados y trabajadores en empresas formales que no cuentan con seguridad social.
  • El ingreso laboral per cápita deflactado con la canasta alimentaria fue de 2,656 pesos al cuarto trimestre de 2021, mientras que para el mismo trimestre de 2015 fue de 2,528 pesos, según el Coneval.
  • El porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria, mejor conocido como pobreza laboral, fue de 43.5% a finales de 2015, mientras que para el cierre de 2021 fue de 40.3%, según el mismo Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Si bien como dice otro mantra correlación no es causalidad y es posible que el supuesto ahorro de los ricos traducido en inversión tarde en madurar para dar los resultados esperados según el mantra neoliberal del trickle-down economics, lo cierto es que desde años atrás el porcentaje que aportaban los ricos al erario federal era todavía más bajo. También es necesario acotar que 2021 fue un año atípico por ser de recuperación después de la crisis más profunda del último siglo. En ese sentido, es de esperar que tanto la inversión como el crecimiento económico fueran altos, pero no necesariamente la tasa de informalidad laboral, el ingreso laboral per cápita y el porcentaje de la población en pobreza laboral. Estos indicadores siguen presentando mejorías. Las cifras más recientes al segundo trimestre de 2022 son de 55.7 por ciento para la informalidad laboral, 2,734 pesos para el ingreso laboral per cápita y 38.3 por ciento para la pobreza laboral. 

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