Una megafarmacia y sus interpretaciones

Columnas Plebeyas

La Megafarmacia del Bienestar ha generado diversas opiniones, algunas en busca de desacreditar sus avances mediante cifras absolutas. Estos comentarios revelan falta de comprensión sobre su propósito y sobre la elección de indicadores adecuados.

A quince días de su inauguración, la megafarmacia reportó haber surtido 67 medicamentos, dato que desató las criticas. Pero vamos por partes.

De 12 mil 541 llamadas recibidas en el centro de distribución, el 50 por ciento careció de interacción, el 10 por ciento solicitó información, el 30 por ciento no contaba con documentos necesarios y 126 fueron malintencionadas. En resumen, más del 90 por ciento no generó un folio. De las 523 llamadas con folio, el 57 por ciento estaba en gestión interna, el 33 por ciento listo para entrega, y el 11 por ciento (los 67 casos) derivó en abasto. Primero, estos datos destacan la importancia de informar de antemano a la población sobre el proceso y los documentos necesarios. Por otro lado, hay que notar que todas las llamadas con folio se atienden, ya sea en gestión interna, listas para entrega o entregadas; todas están siendo atendidas. Sin embargo, la eficiencia podría mejorar, ya que la mitad de las solicitudes aún está en trámite. Y esto se verá en los informes futuros, si permanecen proporciones altas de medicamentos en gestiones.

Otra preocupación expresada fue la caducidad de los medicamentos, si no se estaban dispersando rápido. Aunque la caducidad sí es un asunto que merece atención, la megafarmacia, con mil 190 medicamentos y dos millones 465 mil 975 unidades, no verá expirar sus productos en semanas, meses o años. Por otro lado, hay que considerar sus otras funciones. Además de brindar solución a las personas que requieran medicamentos por falta en sus instituciones, es altamente probable que la megafarmacia comience a funcionar como un almacén y distribuidor central para las instituciones de salud de todo el país. Desde diciembre de 2023, el laboratorio Birmex es el encargado de consolidar, almacenar y distribuir los medicamentos. Así, la megafarmacia desempeñará un papel clave para la concentración y distribución eficiente de medicamentos a nivel nacional.

El objetivo principal de la megafarmacia no es dispensar cantidades masivas de medicamentos directamente a los pacientes, ya que esto significaría carencias significativas en las instituciones de salud. La prioridad es garantizar que no falten medicamentos en las unidades de atención a pacientes, y sólo en casos excepcionales, solicitarlos en la megafarmacia. Así, la proporción de folios surtidos y el tiempo de respuesta son indicadores más significativos que la cifra total de medicamentos dispensados.

Es evidente que la existencia de esta farmacia por sí sola no resolverá el problema de abasto y distribución de medicamentos en México, pero forma parte de una estrategia integral con sanciones a proveedores, homologación de claves, con Birmex como distribuidor único y un sistema único de información. Su implementación debe aprender de las lecciones, abordar quejas genuinas y brindar información accesible. Es responsabilidad de la Secretaría de Salud proporcionar información oportuna; y como ciudadanos, es nuestro deber permanecer  vigilantes, reportar fallas y colaborar.

La megafarmacia lleva apenas un mes operando desde su inauguración, y es demasiado pronto para realizar evaluaciones y predicciones concluyentes. Lo que es un hecho es que ya está abastecida y operando bajo acuerdos de colaboración interinstitucionales, que representan un hito sin precedentes en la historia de México. Los medicamentos se erigen en un piloto para la integración de nuestro sistema de salud fragmentado, paso a paso y función por función.

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