Ucrania: recuento necesario para un aniversario innecesario

Columnas Plebeyas

Este 24 de febrero se cumplió un año de la nacionalización y regionalización del conflicto en la región ucraniana del Donbás. Es necesario puntualizar esto, ya que desde 2014 las hostilidades en la zona han afectado al país y a sus habitantes de manera ininterrumpida.

Y desde entonces todas las potencias involucradas, especialmente Estados Unidos y sus aliados incondicionales al otro lado del Atlántico, decidieron armar y destinar cientos de miles de millones de dólares con nula rendición de cuentas en cuanto a su gasto y uso en especie contra la población civil de Ucrania.

De manera paralela al acelerado rearme de los regímenes títere de Petró Poroshenko y Volodímir Zelenski, en reiteradas ocasiones, hasta febrero de 2022, por medio de los Acuerdos de Minsk, Rusia invitó a un último compromiso serio de todas las partes involucradas para encontrar una solución pacífica al problema.

La respuesta al anterior planteamiento ha sido más que esclarecida por los exdirigentes de Alemania y Francia en su momento, sin el menor recato: todo se trató de una farsa para comprar tiempo y rearmar aún más al gobierno de Kiev, con miras a retomar por la fuerza las regiones rebeldes de Donetsk y Lugansk.

Ante ello, Rusia decidió actuar iniciando una operación especial militar, tomando en poco tiempo el control de aquellas y otras regiones y luego retrocediendo en algunas, en un error de cálculo estratégico que solamente el futuro podrá esclarecer.

Sin embargo, los resultados actuales parecen jugar a su favor, pues las fuerzas ucranianas fueron dotadas de armamento y recursos para librar una guerra no convencional, la cual no prevé el empleo de artillería masiva ni desgaste del contrario, algo que históricamente ha mantenido el complejo defensivo ruso desde los días de Stalingrado y que parece haber desplegado en este conflicto luego de tal retroceso.

Por otro lado, informes del Mosad israelí y ministerios de defensa europeos ensombrecen aún más las cosas para el lado ucraniano, ya que hasta inicios de este año aproximadamente 400 mil de los 700 mil efectivos que actualmente posee en activo han quedado fuera del conflicto por muerte o lesión. Ello frente a 60 mil efectivos del bando ruso de un total de 850 mil.

Esto último nos permite dimensionar el tamaño real del problema, pues una guerra no puede librarse sin soldados, y si las condiciones mantienen el número de lamentables pérdidas, la defensa de Ucrania tiene al parecer los años contados.

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