The Last of Us: imposible adaptación perfecta

Columnas Plebeyas

En alguna entrevista, el escritor Stephen King se atrevió a decir que el genial director de cine Stanley Kubrick “no entendió El resplandor”. La realidad es que si no tenemos una conversación uno a uno con cada involucrado, lo que opinemos no queda en más que imaginaciones, pero a juzgar por la confección que tiene Kubrick de sus filmes, lo último que le interesaba a este hombre era entender las historias que utilizaba para sus películas.

Y es que algunas personas e incluso cineastas mismos siguen pensando que una película o proyecto audiovisual se trata de su historia, cuando sabemos que para los artistas genuinos la historia es una excusa para poder expresar lo que ellos realmente tienen que decir, es un camino de tierra marcado en las profundidades del bosque, y lo bello de ese camino no es el sendero mismo sino la forma que cada uno tiene para recorrerlo. Esto Kubrick lo sabía perfectamente, por ello usó al emblemático personaje Jack Torrence de El resplandor en busca de poder señalar y expresar sus propias inquietudes creativas, las cuales distaban radicalmente de las de Stephen King y que por supuesto nada tenían que ver con plasmar de forma genuina la historia que en algún momento escribió el novelista estadounidense, lo que sin lugar a dudas sería un intento no sólo fallido, sino triste.

¿Por qué me atrevo a afirmar que si el objetivo de un filme es tratar de contar de la mejor manera posible la historia de una novela, será confeccionada de forma invariablemente mediocre —en comparación de la obra primigenia—, así lo intente uno de los directores más destacados de la historia del cine? Simple: si tu forma de avanzar o crear es a partir de los pasos de alguien más, será imposible que lo rebases.

Dicho lo anterior, nos encontramos casi frente a una paradoja al insinuar la posibilidad de que The Last of Us —o cualquier otra obra— sea una adaptación perfecta, en este caso no de la novela al cine, sino del videojuego a la televisión, pues o sigue los pasos por detrás de la pieza original o los involucrados se ponen creativos —como Kubrick— y se apoderan de la historia de la obra para poder expresarse.

En el tenor del párrafo anterior, lo VERDADERAMENTE HERMOSO de The Last of Us es la obra misma; el querer adaptarla a otra forma será o ir un paso detrás —tratando de captar la esencia, pero esa es justo la idea clave: siempre tratando, siempre atrás— o uno al costado —transformando la obra en una pieza muy distinta, que en el mejor de los casos podría llegar a ser mejor, pero abismalmente diferente a final de cuentas—. No es necesario que otro medio venga a validar un videojuego que, seamos claros, es superior en muchos aspectos —si no es que en todos— al contenido audiovisual pop que existe actualmente.

¿Qué tal la serie? Pues todos los medios lo dicen, es maravillosa. ¿O no? A veces con pasos traseros —repitiendo diálogos exactamente iguales al videojuego— y a veces con pasos al costado —explorando de formas únicas historias como la de Bill y Frank—, pero al final del día no es la historia que se concibió de forma exclusiva para el videojuego como medio, no es el Joel que amé, no es la maravillosa Ellie que obtuvo su esencia de la Juno (de la película con el mismo nombre) representada por Ellen Page, no son los personajes que, es en serio, eh, cambiaron mi vida… Es por ello que, creo que The Last of Us es perfecta como representación de LA IMPOSIBLE ADAPTACIÓN PERFECTA…

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