La representación importa

Columnas Plebeyas

Es innegable que en los últimos cuatro años ha habido avances importantísimos en materia de derechos humanos de las mujeres en México, desde la representación política a nivel federal, estatal y municipal hasta la aprobación de la despenalización del aborto en diez estados de la república. 

En cuanto a la representación política no es menor que contemos con un gabinete paritario a nivel federal, que hayamos tenido a las primeras titulares mujer de la Secretaría de Gobernación (Segob) y de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), tres ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), nueve gobernadoras y paridad en ambas cámaras del congreso, por mencionar algunas. 

A nivel federal, la representación se ha traducido en la creación del Sistema Nacional de Cuidados, la Ley de Paridad de Género, reformas a los códigos penales en materia de violencia digital, violencia vicaria y, por supuesto, violencia política contra las mujeres en razón de género, así como la implementación de la política social en la que las mujeres somos las principales beneficiarias. 

Ante estos avances, uno de los grandes cuestionamientos que surgen es: ¿realmente sirve o abona en algo la representación de las mujeres en los espacios de toma de decisión? Mi respuesta, sin duda alguna, sería que . Porque nuestros derechos político electorales no deben estar sujetos a debate, sobre todo cuando nunca se ha cuestionado el papel de los hombres en los espacios de toma de decisión. 

Lo que sin duda, y ahora más que nunca, debe estar a discusión es qué tipo de representación estamos buscando, qué agendas queremos concretar, quiénes son las mejores aliadas de nuestras causas, cómo hacer que se implemente la perspectiva de género en cada una de las decisiones que se toman desde el poder.  En pocas palabras: quiénes van a buscar saldar la deuda histórica que se mantiene hasta nuestros días con las violencias a las que nos enfrentamos a diario por el simple hecho de ser mujeres. 

Reconocer los avances en materia de representación es importante, pero también lo es cuestionar, señalar y sobre todo evidenciar a las que no son aliadas de nuestras causas: Lilly Téllez, Kenia López Rabadán, América Rangel y demás mujeres que tienen una agenda antiderechos profundamente conservadora y que representa un grave retroceso en materia de nuestros derechos, que constantemente se ven vulnerados y amenazados por dos de ellas, pues recurrentemente y a la mínima oportunidad aprovechan para ser racistas, clasistas, homofóbicas, capacitistas y misóginas. 

Por otra parte, tenemos nuevos rostros, como Alessandra Rojo de la Vega, Sandra Cuevas, Lía Limón, quienes se ponen la playera naranja el día 25 de cada mes, posan en las colonias populares con mujeres en situación de vulnerabilidad, promueven el empoderamiento, el famosísimo girl boss, pero representan exactamente lo mismo que Lilly Téllez y América Rangel. No es casualidad que entre ellas le aplaudan a Margarita Zavala, que respalden a Felipe Calderón, el precursor de la guerra contra el narco y el principal responsable del aumento de feminicidios en el país, o a Vicente Fox, quien dijo que las mujeres éramos “lavadoras con patas”. 

Afortunadamente esos espacios también han sido disputados y tomados por feministas que tienen la convicción necesaria para generar alianzas y trabajar urgentemente con las mujeres racializadas, diversas, con discapacidad, empobrecidas, pues en un país donde la mayor parte de los estados cuenta con alerta de violencia de género, donde más de 11 mujeres son asesinadas al día, las exigencias que debemos tener hacia nuestras representantes no son menores. 

En ese sentido, considero necesario que las feministas podamos replantear y direccionar nuestras luchas, reconocer la necesidad de la creación de alianzas, trabajarlas y fortalecerlas, y que quienes nos representan también reconozcan la gran responsabilidad a la que se enfrentan, priorizando y velando siempre por disminuir las violencias y las brechas de desigualdad. 

Como lo dijo la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum: “Estamos construyendo el futuro, no sólo transformando el presente. Nuestro movimiento está haciendo historia y va a seguir haciendo historia con las mujeres”.

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