La astucia ordinaria del libro Ternuritas

Ensayos

Ternuritas es el libro de un filósofo, de un intelectual que, siendo muy joven, y tal vez por eso (aunque no sólo) ha hecho un trabajo novedoso de reflexión crítica sobre la política mexicana, a través del análisis del lenguaje ordinario.

Confrontando el discurso de intelectuales, escritores, periodistas y politólogos consagrados, Ternuritas desmonta y expone —en el doble sentido de explicar y hacer visible—  las distintas formas de exclusión que genera el monopolio de las palabras. 

David Bak Geler y Ternuritas son frescos según las distintas acepciones de la palabra frescura. Así, el autor es un fresco que confronta a los “dueños” de la palabra en México: periodistas y politólogos consagrados. Sólo una editorial como El Chamuco, dirigida por moneros frescos y descarados, pudo tener el atrevimiento de publicar este libro. Ternuritas ofrece una perspectiva de análisis político refrescante frente a la politología dominante, trillada y redundante. 

No voy a hacer “espoilers”, como dicen ahora, y contarles de qué va el libro, más bien intentaré “valorarlo”.

El de David Bak Geller es un libro “democrático”:  

  1. El título Ternuritas proviene de una expresión “burlona” del presidente Andrés Manuel López Obrador para referirse ocasionalmente a sus detractores. En la elección del título, el autor se aleja del lenguaje académico solemne y distante, optando más bien por el ordinario, común, accesible. El subtítulo: “El linchamiento lingüístico de AMLO” anuncia claramente el tema y la postura del autor. La caricatura del monero Hernández en la portada refuerza gráficamente al texto escrito: AMLO es el centro de un tiro al blanco atacado por dardos en forma de plumas fuente. La portada remite a la tradición crítica de la caricatura periodística mexicana.
  2. Desde la introducción, el autor expone, en lenguaje ordinario, su filosofía del lenguaje ordinario. Bak Geler sostiene que el lenguaje común es diverso y en él se alojan “todas” las experiencias, conocimientos y formas distintas (y muchas veces contradictorias) de ver el mundo. El lenguaje ordinario es expresión de la diversidad de los saberes y las culturas acumuladas y trasmitidas de una generación a otra, sobre todo en un país diverso y profundamente desigual como el nuestro. 
  3. El estilo de escritura es polifónico, colorido, muestra pluralidad de voces. Por una parte, está la voz del presidente, que a su vez cita las expresiones de los sectores populares que le son propias y familiares. Por otra, las voces singulares de periodistas, intelectuales orgánicos, politólogos, escritores y académicos que pretenden ser dueños de “la opinión pública” y se sienten autorizados para denostar y descalificar la voz del mandatario, así como la del sujeto mismo de la democracia: el pueblo o el demos. Son estos intelectuales a quienes Bak Geler denomina “agentes del lenguaje único”. 
  4. El autor fundamenta su libro a partir de un corpus muy amplio de discursos de múltiples “agentes”. Entre los que más se repiten podemos mencionar a personajes de la academia, políticos, funcionarios públicos, todos ellos intelectuales orgánicos de las clases dominantes en el poder, paladines de la “democracia” liberal representativa: Denise Dresser, José Woldenberg, Jesús Silva Herzog Márquez, Javier Sicilia, Soledad Loaeza, Jorge Castañeda, María Amparo Casar, Rubén Aguilar, Margarita Zavala, Walter Beller, Anabel Hernández, Raymundo Riva Palacio, Ricardo Rocha, Tere Vale, Roger Bartra, Héctor Aguilar Camín, Federico Reyes Heroles, Enrique Krauze, Fernando Solana Olivares, Carlos Loret de Mola, Lorenzo Córdova, entre otros muchos. Todas esas voces, mayoritariamente de hombres blancos de clase alta, repiten un solo y mismo discurso.

En la forma de una especie de diccionario de la política, David Bak Geler le da titulo a cada uno de los 20 capítulos o apartados con una sóla palabra: racionalidad, invención, traducción, diccionario, complejidad, repugnancia, redefinir, circulación, colonialismo, cita, resignificar, símbolo, albur, pureza, concreción, repetición, insulto, tautología, pluralidad, diferencia. En el apartado “Cita”, por ejemplo, se muestra que entre las estrategias discursivas de los “agentes del discurso único” destaca el uso de la “cita” como principio de autoridad, objetividad y legitimidad. El lenguaje académico o especializado es sólo una de tantas formas de nombrar el mundo, y de ninguna manera la más importante. Y sin embargo se intenta imponer como la única forma correcta de expresarse a través de la disciplina de una élite cultural.

En el apartado “Símbolo”, Bak Geler muestra la forma en que los “agentes del lenguaje unico” atribuyen poder puramente simbólico a los actos de López Obrador. Por medio de esa estrategia intentan disminuir el valor de las obras materiales concretas de su gobierno: la construcción de trenes, puentes, caminos vecinales, distritos de riego, acueductos. Las acciones del gobierno encaminadas a “devolver al pueblo lo robado” son calificadas como estrategias puramente simbólicas. Si bien “nombrar los actos por su nombre” tiene una función simbólica y educativa, evidentemente también tiene un valor material como hechos, el cual escatiman los críticos del mandatario. Del mismo modo que los discursos de odio y las expresiones “racistas” (como la burla sobre el modo de hablar de las personas indígenas por parte de uno de los “agentes del discurso único”) no sólo significan o simbolizan, sino que también son acciones hirientes.   

En el capítulo “Diccionario”, Bak Geler imagina una situación “ficticia” en la que ciertas personas se unen en una estrafalaria “secta del diccionario”. A través de ejemplos de este tipo, el autor caricaturiza, ironiza, exagera un poco algunos comportamientos realmente existententes entre los “dueños” del lenguaje “correcto”, los críticos del habla popular utilizada por el presidente. Mediante esta forma de exponer y ejemplificar, Ternuritas vuelve accesibles discusiones complejas en torno a la relación entre la lengua como sistema (inscrita en el diccionario y la gramática) y la lengua en acto: el lenguaje vivo y en permanente transformación en una comunidad de hablantes. 

El apartado de “Repugnancia” pone en evidencia, describe y explica los sentimientos de asco y repugnancia que experimentan los “agentes del lenguaje único” frente a los sectores populares, a quienes consideran masas irreflexivas, irracionales y movidas por las más bajas pasiones, vinculadas con el cuerpo. El capítulo documenta gran variedad de expresiones en las que se pone en evidencia el clasismo y racismo de estos agentes, frente al discurso del presidente, cuya forma de habla les parece repulsiva y contaminada de pueblo. 

Bak Geler hace un ejercicio de crítica política y, en sentido inverso a los usos y costumbres, vuelca su mirada sobre los críticos de oficio: exhibe el discurso de la politología superficial de coyuntura;  desmonta el ejercicio de la crítica sin fundamento; presenta y analiza los argumentos que salen del estómago, del odio de clase y de la intolerancia a la diferencia (sobre todo cuando viene del pueblo). En ese sentido Ternuritas es un libro novedoso, que abre un horizonte distinto para entender la crítica política. 

Un texto a la vez profundo, denso, divertido, sarcástico, bien documentado. No pretende mostrar o presumir erudición, es fácil de leer, accesible, democrático, porque no sólo admite respuestas, sino que las provoca. El texto tiene una tensión dramática que te atrapa, y ya no quieres soltarlo. Se los recomiendo ampliamente: no necesitan estar de acuerdo, es un texto para la polémica. Si no me equivoco, esa es su intención original. 

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