García Luna pagaba 25 mdp mensuales a El Universal: Héctor Javier Villarreal

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El ex secretario de finanzas de Humberto Moreira, Héctor Javier Villarreal, declaró que Genaro García Luna pagaba 24 millones de pesos mensuales al periódico El Universal para limpiar su imagen.

Imagen tomada de la conferencia de prensa del Gobierno de México.

CIUDAD DE MÉXICO (Sentido Común). – En la conferencia de prensa del Gobierno de México, se informó que durante el octavo día de audiencias en el juicio en contra del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, el cual se lleva a cabo en la Corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York, testificó Héctor Javier Villarreal, ex secretario de finanzas de Coahuila, quien se desempeñó en el cargo durante el gobierno de Humberto Moreira.

El testigo declaró que en su gestión pública cobraba comisiones a contratistas y emitía facturas falsas en la realización de obras públicas por instrucciones directas del entonces gobernador Humberto Moreira, quien utilizó los recursos para pagar campañas políticas, sobornar a medios, comprar propiedades en Saltillo y Ciudad de México, aviones, estaciones de radio y estaciones de televisión.

Asimismo, aseguró que entre 2005 y 2010 obtuvieron 200 millones de dólares en comisiones, de los cuales Moreira se quedó con 40 millones y las otras ocho personas involucradas recibieron 2.5 millones cada una.

Por otro lado, afirmó que Genaro García Luna buscó vender el software de espionaje llamado Pegasus al gobierno de Coahuila y que solicitó ayuda a Humberto Moreira para tener un acercamiento con Juan Francisco Ealy Ortiz, propietario del periódico El Universal, quien podría ayudarlo a limpiar su imagen, así como la de la Secretaría de Seguridad Pública, ya que habían rumores de que García Luna había sido secuestrado por narcotraficantes.

Villarreal mencionó que García Luna y Ealy Ortiz llegaron a un acuerdo por 25 millones de pesos mensuales para que El Universal apoyara al ex secretario. Según sus palabras, junto con un trabajador de García Luna de nombre Sergio Montaño, él mismo operó el cierre del acuerdo en la Ciudad de México, directamente en las oficinas del periódico.

Agregó que en una ocasión Montaño les pidió ayuda para ejecutar un pago urgente al periódico con el dinero del Estado de Coahuila. Fue así como la fiscalía mostró como evidencia la factura de este pago sin folio, fechada el 24 de junio de 2009, bajo el concepto de “publicidad de campaña de rescate al turismo” por un monto de 11.5 millones de pesos. También se mostró como evidencia la factura de uno de los pagos regulares por 25 millones de pesos.

Durante el contrainterrogatorio, la defensa enfocó sus cuestionamientos en el estatus migratorio de Villarreal y en los beneficios para su sentencia, los cuales espera obtener por declarar en este juicio.

Por su parte, el juez Brian Cogan informó que no aceptaría las pruebas relacionadas a supuestos sobornos de García Luna a medios de comunicación, en específico, al periódico El Universal. Sin embargo, después de unas horas cambió de opinión. Señaló que aceptaría las pruebas siempre y cuando la información fuera concreta y tuviese relación con el caso.

Respecto a las declaraciones de Francisco Cañedo Zavaleta, quien dijo haber visto a García Luna reunido con Arturo Beltrán Leyva y la Barbie, la defensa cuestionó al testigo por haber entregado su reporte a una diputada de la oposición (Layda Sansores), insinuando que sus acciones tenían una motivación política, pero Cañedo aseguró que entregó el reporte a varios políticos, siendo Sansores la única que le hizo caso.

Cuando se le preguntó por qué no ofreció ayuda a García Luna al verlo rodeado de criminales, el testigo respondió que aunque lo había pensado, más tarde se dio cuenta de que no se trataba de un secuestro, sino de una reunión voluntaria.

Al final de la audiencia la fiscalía llamó como testigo a Earl Anthony Wayne, embajador de Estados Unidos en México entre 2011 y 2015. En su breve declaración, Wayne afirmó que se reunió en varias ocasiones con García Luna, Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño. Confirmó que a García Luna le costaba hablar de manera fluida, dando veracidad al apodo (El Tartamudo) con el que varios testigos se han referido a él. También narró que una vez fue a la casa de García Luna y que no le pareció ostentosa, pero que sí recuerda que tenía el acuario de agua salada más grande que haya visto.

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