Con el neoliberalismo, el Estado fue abandonando las demandas sociales y el mercado fue cooptando cada aspecto de la vida pública del país. La descomposición del tejido social incrementó las carencias de la comunidad, fragmentó lo colectivo y privatizó el estado de bienestar, individualizando todo lo social.
El Estado dejó de proveer las necesidades básicas de la población. De pronto lo urbano se mercantilizó, los derechos sociales se convirtieron en mercancía y comenzaron a ser privilegios para dividir a la población entre quienes podían pagar vivienda, educación, comida y quienes no tenían la posibilidad de hacerlo. A muy grandes rasgos, es así como se fue generando una profunda desigualdad económica, política y social. Las dificultades que vivimos hoy en día no son casualidad, la violencia, pobreza, marginación, inseguridad, entre otras, son consecuencia de decisiones de gobiernos pasados que crearon medidas paliativas y asistencialistas y quienes sufrieron directamente esas consecuencias fueron las poblaciones más vulnerables: niñas, niños, personas con discapacidad, personas de la comunidad LGBTTQ, personas adultas mayores, mujeres y por supuesto: las juventudes.
El Instituto De la Juventud de la Ciudad de México identificó que algunas de las problemáticas que tienen las juventudes son: desigualdad, violencia, delincuencia, adicciones, deserción escolar, embarazos no planeados, carencia de educación sexual y reproductiva, inestabilidad económica, discriminación, exclusión y criminalización. Ante esto, se creó “Los Jóvenes Unen al Barrio” que es parte de un programa más ambicioso llamado “Barrio Adentro”.
Barrio Adentro forma parte de la estrategia de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, que apuesta por atender las causas que generan la desigualdad y la violencia en las comunidades para construir paz enfocada en niños, niñas y juventudes de las Alcaldías con más marginación y poco desarrollo social. Actualmente el programa ha reclutado a más de tres mil jóvenes para realizar trabajo comunitario de manera remunerada y se han proporcionado más de 25 mil atenciones directas.
¿Cómo se logra esto? En territorio. Las dependencias de gobierno tocan casa por casa para conocer a las familias y sus necesidades para focalizar las atenciones y también para ofrecer las actividades que tiene esa comunidad, así como los apoyos sociales. El gobierno de Claudia tiene claro que solo en las calles se puede conocer lo que vive la comunidad y así encontrar la forma de solucionar sus problemáticas; un gobierno de escritorio crea programas alejados de la realidad de las personas. Está claro que Barrio Adentro es tan solo una parte de una estrategia integral que incluye los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares), así como el Instituto Rosario Castellanos del que, por cierto, hace menos de una semana se graduó la primera generación con 499 estudiantes.
Recuperar el tejido social creando políticas públicas que involucren directamente a la comunidad, siendo las y los jóvenes los protagonistas trabajando en conjunto con las instituciones de gobierno, es fundamental para atacar el problema de raíz, para que se recupere lo público y se apropien de los espacios, porque por el bien de todos, primero las juventudes.