Por 95 años consecutivos el PRI ha marcado el rumbo económico del Estado de Coahuila, lo preocupante es que sigue arriba en las encuestas.
CIUDAD DE MÉXICO (Sentido Común). – El Estado de Coahuila se encuentra en periodo de elecciones, cuatro candidatos se disputan la oportunidad de gobernar un territorio catalogado como “líder mundial en producción de plata refinada”. Por lo menos es lo que dice el micrositio del Gobierno Estatal (coahuila.gob.mx).
Asimismo, “es el principal productor de carbón mineral” en México y por tanto representa el 3.3% del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación.
En otro orden de ideas, la reforma a la llamada “Ley Minera” busca mejorar las condiciones de aprovechamiento a los pueblos locales y reducir el impacto ambiental que se genera alrededor de la extracción, sobre todo del oro, plata y cobre. Es decir, Coahuila puede crecer económicamente sin mucho problema, pero de la mano de un gobierno con buenas ideas, combate a la corrupción y voluntad de llevar las propuestas a cabo.
Sin embargo, por 95 años consecutivos el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha marcado el rumbo económico del estado de Coahuila. Los resultados son claros: corrupción, deudas enormes, subdesarrollo económico y aumento en la inseguridad de los coahuilenses. Lo más preocupante es que sigue arriba en las encuestas. El panorama no es muy alentador para quienes desean un pase de estafeta del poder estatal, los motivos pueden ser muchos, pero uno de los más claros es que la izquierda no pudo contender unida.
En suma, el estado tiene todas las condiciones para incrementar su ingreso per capita, ofrecer más y mejores empleos, incrementar los salarios y un amplio etcétera. Lo que dictan los hechos hasta ahora es que no se puede confiar en un poder concentrado en un solo partido, tiene que haber alternancia, por el mero derecho a ofrecer una oportunidad a quienes todavía no han podido ejercer el poder y ponerlo al servicio del pueblo.