Querido presidente:
Mi nombre es Jhoseline López, tengo 22 años y soy originaria de Chalco, Estado de México. Hoy 23 de abril de 2024, le escribo esta carta con mucho cariño, respeto y admiración.
Primero, quisiera expresarle mi gratitud y felicidad. Durante el inicio de su sexenio pude ser acreedora a la beca Benito Juárez y gracias a ello pude comprarme mis libros para la escuela, así como pagar mi transporte, comida y en ocasiones hasta calzado. Asimismo, un año después, mi abuelita Estelita pudo ser acreedora a la pensión para el adulto mayor, lo cual le cambió la vida como a miles y miles de abuelitos más. Aún recuerdo cuando fue a realizar su tramite y me la pasé platicando con muchas personas adultas mayores sobre la felicidad que sentían de que por fin un gobierno los haya volteado a ver, de que por fin podrían pagar gastos en sus casitas, comprarse zapatos nuevos, arreglarse los dientes o comprarle algo a sus nietos.
Déjeme decirle que la cosa que más llena mi corazón de alegría y amor es ver a mi abuelita días antes de recibir su dinerito, ansiosa de que llegue el momento y cuando por fin llega, estar en punto de las 7:00 de la mañana lista para ir al banco. Así como a ella, veo a muchas personas más. Mientras esperan formadas, platican entre ellas y me he dado cuenta de que de lo que más platican es sobre la familia, sobre cómo se encuentran y sobre usted. Qué risa cuando las señoras mencionan: “¡Mi marido me mantiene!”, refiriéndose a usted. Esos son los días que más me divierto, estar con mi abuelita o con otros abuelitos de la colonia, que van acompañados de sus familiares, amigos y de sus compañeros de vida.
Mi sueño es tener mi casita y en la pared tener aquella foto que le tomó Luis Antonio Rojas, una fotografía que expresa todo el amor de los mexicanos por usted, del orgullo que sentimos y que refleja el esfuerzo de su larga carrera política.
Crecí en un país donde el miedo, el amarillismo, la desinformación y la corrupción, estaban en su máximo esplendor. Recuerdo ser una niña que vivía con miedo del qué pasará, no quería que mis padres salieran de casa. En ocasiones corríamos a casa después de la escuela debido a la delincuencia organizada. Todavía recuerdo cómo en un segundo el mercado estaba completamente cerrado y solo se escuchaba el ruido de nuestros pies queriendo correr más rápido de lo que podíamos.
Sé que su corazón está en paz y lleno de amor después de todos los obstáculos que tuvo que vivir, y realmente admiro su resiliencia y fuerza. Cada que puedo, cuento sobre sus experiencias y lo mucho que le costó acabar con esas injusticias. Sin duda es un gran referente para las personas que nos encontramos en algún momento de la vida sin ganas, desmotivados o queriendo tirar la toalla. Muchas veces imagino lo feliz que sería compartir a su lado una taza de té mientras hablamos de las cosas de la vida, admirando la madre naturaleza y disfrutando de esa la tranquilidad.
En ocasiones me pregunto cómo se sentirá al ver todos esos videos, muñecos, figuras, canciones e imágenes sobre usted, que antes eran puras mentiras y cosas feas que le decían. ¿Cómo da vueltas la vida no cree? Jamás en la vida pensamos que un presidente en México llegara a ser tan amado y protegido por el pueblo.
Y en estos momentos es cuando ese amor brota más y nos hace llenarnos de melancolía y tristeza ahora que se nos va. No me queda más que decirle muchas gracias, gracias por habernos ayudado, por cambiarnos como pueblo, por la unión y la gran comunidad que creó. Siempre lo llevaremos en nuestros corazones llenos de amor y orgullo. Lo ha repetido muchas veces, la historia es la última es juzgar. Sin duda, muchas generaciones conocerán su historia, su lucha.
Que la vida me dé la fortuna de que algún día nos lleguemos a encontrar, mi querido presidente. Gracias por habernos cambiado la vida a muchas personas.
Con mucho amor y cariño, una fiel seguidora suya.