Hasta siempre, comandante

Plaza de la Constitución S/N

Andrés Manuel:

Te quiero agradecer por todo lo que has hecho a lo largo de tu vida: por no rendirte
nunca, por volverte a levantar, por seguir luchando hasta lograr la Presidencia de
México y, con ello, sacar a millones de mexicanos de la pobreza.

Pero, sobre todo Andrés Manuel, te agradezco haber dado a la izquierda de México
y del mundo la visión de que un cambio pacífico no sólo era posible, sino que podía
ser eficaz. Porque, para quienes optamos por la izquierda, durante toda la vida
parecía no haber otra salida que la lucha armada; dolorosa y en muchos casos,
contraproducente. Nos hiciste ver que a través de la lucha parlamentaria se puede
llegar a transformar a fondo un país y tuviste la entereza y la inteligencia de contener
la rabia que vivimos desde el 2006. No cediste a la presión de quienes estábamos
dispuestos a enfrentarnos a un poder que, sin duda, nos habría aniquilado. Tuviste
la claridad que a muchos líderes de izquierda les ha faltado: que lo más preciado es
la vida.

Los marxistas sabemos que una ley del capitalismo es que a una mayor riqueza le
corresponde una mayor miseria de la población y que el instrumento para
empobrecer y oprimir al pueblo ha sido el Estado.

Gracias por cambiar esa realidad y darle un giro a la forma más salvaje del
capitalismo: el neoliberalismo. Gracias por convertir al Estado en administrador de
la riqueza que entre todos generamos y que el salario no sea la única forma en que
el pueblo vea remunerado su trabajo, sino que los impuestos que pagamos nos
beneficien a todos, empezando por los más pobres.

Creo que la vida ya no me va a permitir conocerte en persona y poder darte el abrazo
que quisiera. Me conformo con tu imagen en las redes, con mis amlitos de peluche,
con tus fotos y tus libros, en fin, con tu infinita presencia.


Hasta siempre, comandante.

Con amor, respeto y admiración,
Susana Guerrero.

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