Oaxaca de Juárez.
Tengo 75 años. Nací, crecí y sobreviví al PRI; a sus infamias y autoritarismos, al saqueo del neoliberalismo y a la hipocresía de la derecha panista. Al final de mi vida pude ver como se derrumba un sistema injusto, corrupto y corruptor, reaccionario, que congeló una revolución, persiguió a los disidentes e implantó la infelicidad vendiéndonos los espejitos de una prosperidad basada en el tener y no en el ser.
Nos hiciste ver que nunca habitamos un laberinto ni estuvimos solos y que nunca estuvimos enjaulados ni somos dramáticamente melancólicos, que lo que teníamos era una sociedad injusta, clasista, racista habitando un profundo pozo llamado desigualdad, que éramos y somos pueblo, que siempre hubo un pueblo sabio infatigable que defendió su identidad, que dio la vida por sus tradiciones y sus tierras; a veces pródigas, a veces flacas. Ahora somos un pueblo organizado, diverso, plural, multicultural donde todos cabemos. Estamos construyendo la Cuarta República, abatiremos la pobreza y pondremos a buen recaudo a la corrupción.
En seis años nos devolviste no sólo la esperanza, sino nuestra fraternidad para los pobres y nuestro deseo de ser iguales y verdaderamente libres. Nos trajiste el viento vivificador del sur y rescataste nuestras más ilustres utopías: la Independencia de Hidalgo y Morelos, la República restaurada de Juárez y la Revolución social de Madero, Zapata, Villa y Cárdenas. Hay tareas por hacer, pero tendremos por fin una República igualitaria, humana, muy humana… ¡Te lo deberemos!
Vendrán tiempos difíciles, se opondrán los reaccionarios y los conservadores de siempre, pero tenemos la razón moral de nuestra parte y ahora, el poder para decirles que no solo no pasarán, sino que son parte del pasado oscuro y no tienen presente ni futuro.
Esto nos lo enseñaste todos los días y nos mostraste el camino. Echaste a andar al pueblo y por fin caminamos a la prosperidad. Larga ha sido la marcha y 6 años pasaron como un suspiro. ¡Gracias, Andrés Manuel!