Las locas

Columnas Plebeyas

Además de sufrir el mismo dolor, las madres de los desaparecidos cargan con un mismo estigma: todas ellas fueron y son calificadas como locas. 

Desde 1977, cuando las madres comenzaron a dar sus rondas en la Plaza de Mayo, fueron calificadas como “locas” por la dictadura militar argentina. Una de las psicólogas del equipo de acompañamiento a las madres destacó que señalarlas como locas era una forma de “colocar a los disidentes sociales en el lugar del desequilibrio psíquico, invalidando de hecho opiniones y acciones en el plano político”.1 Frente a esta afrenta, las Madres de Plaza de Mayo dieron una respuesta contundente: en lugar de rechazar ese apelativo, solicitaron a periodistas extranjeros que efectivamente las llamaran así, como una forma de subvertir el lenguaje y darle un contenido político.2 En 1980, cuando las Madres se encontraron con el papa en Brasil, los diarios locales recogieron la demanda y los títulos no se hicieron esperar: “Las locas, palabra de esperanza”, “Promesa de ayuda a las locas de Mayo”.3 

En México, durante la guerra sucia, Rosario Ibarra de Piedra y los familiares reunidos en torno al comité Eureka también fueron desacreditados con esta palabra. Mientras que hoy las madres mexicanas que buscan a sus familiares desaparecidos por el actuar del crimen organizado también cargan con el adjetivo de locas, son “las locas de las palas”.4 

Pensamos que la locura en una condición de la personalidad de las mujeres que buscan a sus hijos desaparecidos, pero en realidad resulta ser una expresión del posicionamiento de la sociedad frente a esta realidad. Se califica de “loca” a una persona que no encuadra dentro de la normalidad esperada; pero, además, porque se intenta despolitizar la acción de búsqueda y reclamo sobre el daño ocasionado. El calificativo arroja a los familiares por fuera de lo socialmente aceptado y, por lo tanto, restringe la comprensión de la desaparición al campo de lo individual, como si se tratara de un asunto privado, de una locura de pocos. ¿Cuál es entonces la locura? ¿Es de locos hurgar en la tierra buscando a un ser amado o la locura está en que normalizamos estas formas de morir o de desaparecer?

Notas

1. Bozzolo, Raquel, “Acerca del lugar de las Madres de Plaza de Mayo”, en Kordon, Diana y Edelman, Lucia, (Comp.) Efectos psicológicos de la represión política, Buenos Aires, Sudamericana, 1986, pág. 101.

2. Bousquet, Jean Pierre, Las locas de Plaza de Mayo, Buenos Aires, El Cid editor, 1983, pág. 58.

3. Invito a escuchar la historia de este encuentro aquí.

4. Recomiendo este sitio para entender la dimensión del calificativo a las madres buscadoras.

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