Estructuras tributarias de Calderón, Peña y AMLO

Columnas Plebeyas

En una columna anterior, escribí de cómo se encontraba la estructura tributaria en el tercer año de los gobiernos de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. En el caso de los grandes contribuyentes, en 2009 sólo aportaban el 25.7 por ciento de los ingresos del gobierno federal; para 2015, se había incrementado ligeramente a 27.8 por ciento; y para 2021, ya era de 42.8 por ciento.

En esta nueva columna, he decidido actualizar el análisis para observar cómo se modificó la estructura al quinto año de gobierno de los tres presidentes, y me he llevado varias sorpresas que confirman que el sexenio de Felipe Calderón fue fatídico en muchas dimensiones: no solamente en términos del incremento exponencial de las tasas de homicidios y la corrupción ligada al narcotráfico, sino hasta en términos fiscales. Fue un gobierno que favoreció a los oligarcas a costa del resto de los contribuyentes.

Por el contrario, me encontré que el gobierno de Peña Nieto, a pesar de su superficialidad y corrupción, modificó sustancialmente la estructura fiscal del país para que los oligarcas incrementaran su participación en ella. Quizá esto fue lo que explicaría que de repente aparecieran supuestas organizaciones de la sociedad civil, como Mexicanos a Favor de la Corrupción, que se dedicaran a golpear políticamente a su gobierno, tomando como bandera la corrupción, no sin falta de elementos.

Finalmente, en el caso de la administración del presidente López Obrador, he confirmado que también aumentó sustancialmente la participación de los grandes contribuyentes en los ingresos del gobierno federal. Esta debe ser una de las principales explicaciones de por qué conocidos evasores fiscales, como Ricardo Salinas Pliego y Claudio X. González, se oponen ahora sí abiertamente a que se construya un segundo piso de la llamada cuarta transformación.

Ahora sí, los datos: de 2009 a 2011, los ingresos tributarios del gobierno federal pasaron de 56.5 a 67.2 por ciento en relación con su ingreso total. El principal impuesto que aumentó en términos de su participación porcentual fue el del valor agregado (IVA), que resulta regresivo para quienes menos tienen porque implica dedicar una mayor proporción de su gasto a pagarlo. El incremento fue de 5.1 puntos porcentuales, pasando de representar 20.4 a 25.5 por ciento de los ingresos en el periodo de análisis. El impuesto sobre la renta (ISR) también aumentó, aunque en menor proporción: sólo 1.9 puntos porcentuales. Sin embargo, la sorpresa es que ¡el porcentaje que aportaban los grandes contribuyentes disminuyó en dos puntos porcentuales! Es decir, Calderón nos subió los impuestos a la mayoría de los contribuyentes para bajárselos a sus patrones, los oligarcas.

De 2015 a 2017, los ingresos tributarios del gobierno federal como porcentaje del ingreso total, de hecho, se redujeron, aunque muy poco, de 74.4 a 74.2 por ciento. Sin embargo, lo que más destaca es el incremento en la participación de los grandes contribuyentes en los ingresos del gobierno federal, pasando de 27.8 a 34.7 por ciento, es decir, un aumento de siete puntos porcentuales.

Consecuentemente, la participación del ISR paso de 38.9 a 40.9 por ciento. De 2021 a 2023, los ingresos tributarios tuvieron un aumento, pasando de 82.6 a 86.6 por ciento respecto al total de los ingresos del gobierno federal. En el caso de los grandes contribuyentes, su participación pasó de 42.8 a 48.8 por ciento, un aumento de seis puntos porcentuales. Así, el ISR pasó de representar 43.9 a 48.1 por ciento, es decir, un aumento de 4.2 puntos porcentuales.

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