En conferencia de prensa, el presidente López Obrador proyectó el discurso del diputado español Gerardo Pisarello en el que éste se solidariza con la política energética de México.
CIUDAD DE MÉXICO (Sentido Común). – A través de la conferencia de prensa del Gobierno de México, el titular del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, reprodujo el discurso del legislador español Gerardo Pisarello en el que criticó los abusos cometidos por las grandes empresas españolas y recordó cómo Obrador frenó en seco a Isabel Díaz Ayuso y José María Aznar al no tolerar una relación desigual entre ambas naciones.
“La verdad es que las relaciones comerciales con América Latina han sido y son muy estrechas, el problema, me parece, es que las derechas no son sus mejores embajadores, por su comportamiento aquí y por la prepotencia y arrogancia con la que suelen intervenir allí.
Por ejemplo, el Partido Popular en lugar de defender a las empresas dispuestas a contribuir a la prosperidad general, se ha caracterizado por plantearse como el máximo defensor de los regalos fiscales a unas pocas grandes. Les ríen las gracias al señor Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, que trató a los consumidores españoles como tontos, votan en contra de todo lo que sea mejorar los salarios de los trabajadores, su derecho a la negociación colectiva.
¿Qué pretenden? ¿Que en América Latina les aplaudan por defender condiciones aún peores para la gente trabajadora de allí? Cuando Aznar vio que Venezuela no cedía su petróleo, apoyó un golpe de Estado, cuando ustedes vieron que Bolivia no cedía su litio, apoyaron un golpe de Estado, cuando ven que México cuida su energía, presentan iniciativas como estas que son ofensivas y diplomáticamente una gran torpeza.
Para presionar al gobierno de México, no lo olvidamos, ustedes enviaron a Ayuso y a Aznar a oficiar de una suerte de Hernán Cortés 2.0, a ofender al gobierno y al pueblo mexicano, incluidos sus pueblos indígenas. La respuesta que se encontraron fue lógica. El presidente López Obrador les dijo que ellos no tolerarían ese trato arrogante, impropio de una relación igualitaria entre naciones. Para presionar al gobierno de México, ustedes, que no condenan el franquismo, les quisieron dar lecciones de liberalismo y el presidente López Obrador les dijo dignamente que ellos eran liberales, sí, pero a la manera de Cádiz, de Benito Juárez, de los hermanos Flores Magón, es decir, un liberalismo social, republicano, abierto a muchas empresas, la mayoría que hacen las cosas bien, con mutuos beneficios para todos, pero que no va a permitir que ninguna de las grandes, se llame Iberdrola, se llame Naturgy, pretenda saltarse la legalidad o atentar contra el interés general.
Esa respuesta, señoría, del presidente López Obrador respecto a la energía, fue la misma respuesta digna que tuvo el presidente Lázaro Cárdenas sobre el petróleo en los años 40 del siglo pasado, pero por arrogancia, por prepotencia, por ignorancia, ustedes no lo ven y se equivocan, señoría, porque América Latina no es ni será su patio trasero y porque sus pueblos, que hace tiempo se independizaron de la monarquía, no aceptarán nunca ser tratados como súbditos, ni renunciarán a tener una economía con justicia social y con soberanía sobre sus bienes públicos.
¿Relaciones comerciales justas de igual a igual? ¡Todas! Ahora, jugar a los encomenderos, sacar a pasear a los fantasmas de Cortés, de Pizarro, de Valdivia, una mala idea. A menos, señorías, que quieran que se vuelva a perder, más aún, lo que ya se perdió hace bastantes siglos”. – Dijo Pisarello.
Luego de reproducir el discurso, el presidente López Obrador dijo:
“¡Tómala! Eso es allá en España”. – Y concluyó.