Se declara al maíz alimento básico del pueblo mexicano, libre de transgénicos y se prohíbe la siembra de cereales modificados genéticamente, peligrosos para otros cultivos y para la salud
CIUDAD DE MÉXICO (Sentido Común). – La propuesta de reforma enviada al Congreso por el presidente Obrador en materia de derecho a la alimentación, declara al maíz como un símbolo de identidad nacional y alimento básico del pueblo mexicano, libre de agroquímicos y transgénicos.
En la Conferencia Matutina, el presidente y miembros de su gabinete detallaron la séptima iniciativa de reforma constitucional sobre “Derecho a la alimentación, medio ambiente sano y derecho al agua”.
La iniciativa es sencilla: busca reconocer al maíz en su calidad de alimento básico y símbolo de identidad nacional, que debe estar libre de modificaciones genéticas como las transgénicas.
René Sánchez Galindo, Consejero Adjunto para Asuntos Legislativos de la Consejería Federal de la Presidencia de la República dijo durante la presentación:
“Somos mujeres y hombres de maíz, hace diez mil años en estas tierras se inició la domesticación de un zacate conocido como ‘teocintle’, proceso que sigue vivo hasta hoy, fue la base de la civilización mesoamericana y hoy representa el 50 % de los nutrientes de los mexicanos y mexicanas, lo que no pasa en otros países”.
Definió al maíz transgénico importado del extranjero, como “un cereal de laboratorio cuyas células están alteradas y cuyo cultivo contamina y pone en riesgo a los maíces nativos”.
Por ello, se reconoce legalmente la producción, comercialización, consumo y tradicional diversificación constante del maíz como manifestación cultural nacional y como garantía del derecho humano a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad.
En la reforma propuesta se explica que la práctica de selección de semillas de maíz para la obtención de mejores alimentos representa el patrimonio vivo más importante del país y una reserva genética mundial frente al cambio climático.
La siembra de transgénicos en los países centros de biodiversidad mundial implica un mayor riesgo debido a su intromisión irreversible en la cadena evolutiva de las especies cultivadas y silvestres.