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¿Cómo se ha transformado nuestra alimentación y por qué está aumentando la población que vive con obesidad?

La industria de alimentos y bebidas busca influir y destinar sus recursos para obtener apoyo de sectores de la sociedad

La obesidad es un problema importante de salud que genera una serie de complicaciones con impacto en el bienestar y economía de las familias mexicanas. Se trata de una condición de origen multifactorial, compleja y ocasionada por factores ambientales, sociales, económicos e individuales. En la actualidad, México es uno de los primeros lugares en porcentaje de población adulta que vive con esta condición (36.7%) y el cuarto lugar en obesidad infantil (28.1%) a nivel mundial. El porcentaje de la población adulta con sobrepeso y obesidad en adultos se ha triplicado desde 1980 hasta la actualidad (Figura 1)[1] , y de no afectar esta tendencia, 40% de la población adulta mexicana tendrá algún grado de obesidad en el 2030.

Figura 1.

Esto supone un importante reto para la salud pública, debido a que la obesidad es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. En 2019, la obesidad ocasionó más de 260 mil muertes, de las cuales, la mayoría fueron atribuidas a enfermedades cardiovasculares y diabetes. La obesidad no sólo es un problema de salud, sino que también es un problema económico. Al incrementar el número de personas con enfermedades crónicas, incrementan los gastos en salud y disminuye la productividad laboral. El IMCO estima que los costos sociales por diabetes asociada al sobrepeso y obesidad son de más de 85 mil millones de pesos al año y que cada año se pierden más de 400 millones de horas laborables por diabetes asociada al sobrepeso y obesidad.

En este texto describiremos el impacto del entorno alimentario,1 que puede entenderse como los componentes del ambiente que determinan la adquisición y consumo de alimentos (como su precio, mercadotecnia, disponibilidad, etc.), en el incremento de la obesidad a nivel poblacional, y el papel que juega la industria de Productos Comestibles Ultraprocesados (PCUs),2 normalmente conocidos como “comida chatarra”, en la creación y mantenimiento de un entorno alimentario poco saludable en el país.

El entorno alimentario está estrechamente relacionado con la obesidad en México, debido a la oferta excesiva de PCUs, cuyo consumo es de los principales conductores de la obesidad. Además, este entorno depende de variables estructurales como la urbanización, el comercio internacional, la economía y el medio ambiente. Desde los años 90 ocurrieron cambios en estas condiciones que favorecieron un crecimiento importante de la industria de PCUs y comenzaron a reemplazar a la comida fresca y tradicional del país. Como consecuencia, incrementó la disponibilidad, promoción y comercialización de productos ultraprocesados, incluyendo bebidas azucaradas, lo que generó una transición en la alimentación de la población, caracterizada por un incremento en el consumo de calorías3, azúcares añadidos4, grasas saturadas5 y sodio6. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), México es el mayor consumidor de productos ultraprocesados en América Latina y el cuarto lugar en el mundo. La magnitud en el incremento del consumo de estos productos en nuestro país es preocupante. Desde 1984 hasta el 2016 el número de calorías consumidas provenientes de PCUs se triplicó, alcanzando el 30% de las calorías diarias. Según la ENSANUT 2018, Los productos ultraprocesados con mayor porcentaje de consumo son: bebidas azucaradas (incluyendo jugos, refrescos, y otras bebidas industrializadas), botanas, dulces y postres, cereales dulces, bebidas lácteas endulzadas. (Figura 2). [2] 

Figura 2

Aunque la obesidad es un problema que tiene un impacto en toda la población, existen personas más vulnerables al entorno alimentario y a tener estilos de vida no saludables, como lo es la población infantil. Esta población está más expuesta a ser influenciada por la publicidad y estrategias de mercadotecnia de comida chatarra, en comparación a la población adulta. El impacto de la manipulación publicitaria dirigida hacia niños y niñas en el consumo de productos ultraprocesados ha sido ampliamente demostrado en México y en el mundo y se considera una práctica falta de ética y que atenta contra los derechos de la infancia.

Para lograr cambios en la alimentación a nivel poblacional, y sobre todo en las personas más vulnerables a la influencia de un entorno alimentario poco saludable, es necesario identificar estrategias que permitan modificarlo favorablemente. Entre estas, una de las más reconocidas a nivel internacional ha sido la implementación de un impuesto del 5% a las bebidas azucaradas en México, el cual permitió una disminución del 5.5% en la compra de bebidas azucaradas en 2014 y de más del 9.7% en 2015. Asimismo, recientemente se implementó el etiquetado frontal de advertencia para productos empaquetados. En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021, se encontró que el 74% de la población considera al etiquetado frontal como una muy buena o buena medida para mejorar la alimentación y 66.7% de las personas lo utilizan para la toma de decisiones al comprar alimentos. Podemos afirmar que estas políticas han probado ser efectivas para la disminución en el consumo de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas. Es necesario fortalecer y complementar estas intervenciones con otras  políticas costo-efectivas (promoción de ambientes saludables en los espacios escolares, laborales y comunitarios, mejora de la práctica de lactancia materna exclusiva en menores de 6 meses, etc.), así como intervenciones multisectoriales (es decir aquellas en las cuales otros sectores como el educativo, ambiental y agrícola participan para mejorar el sistema alimentario) (Figura 3[3] ), ya que aspectos como las políticas de desarrollo económico, las estrategias educativas o los subsidios a la agricultura tienen diversos efectos sobre el sistema alimentario. En estos casos se requiere identificar intervenciones integrales que aseguren el acceso y la disponibilidad a alimentos locales, saludables y asequibles y que regulen la disponibilidad y la promoción de productos bebibles y comestibles chatarra para lograr una reducción en su consumo. Desafortunadamente, la industria de PCUs constantemente implementa esfuerzos que se oponen a los de salud pública buscando mantener o incrementar la venta de estos productos. Por ello es muy importante también generar una cultura de evaluación de los conflictos de intereses y transparencia en las relaciones de estas empresas con los tomadores de decisiones, para garantizar que las políticas diseñadas para proteger la salud pública y el bien común prevalezcan sobre los intereses comerciales.

Figura 3

De forma persistente se ha documentado que en México, como muchos otros países, la industria de alimentos y bebidas busca influir y destinar sus recursos para obtener apoyo de sectores de la sociedad. Gracias a esta interferencia, diversos esfuerzos para regular esta industria han sido detenidos. Por otro lado, nos encontramos constantemente expuestos a información manipulada por la industria, disfrazada de investigaciones “científicas”, con las que se busca socavar los esfuerzos por lograr un entorno alimentario que promueva la salud poblacional. Por poner un ejemplo, estudios financiados por la industria documentaron que no se observaron cambios en el consumo de bebidas azucaradas ni en la salud después de la implementación del impuesto a bebidas azucaradas, mientras que varios otros estudios científicos y no financiados por la industria, observaron una importante disminución en el consumo de bebidas azucaradas después de la implementación de este impuesto. Otro ejemplo de la interferencia de la industria de alimentos en la salud es que a pesar de la creación de normas para prohibir la comercialización de alimentos y bebidas chatarra para niños en la televisión, se ha encontrado que estas regulaciones rara vez se aplican. Por lo tanto, los niños siguen expuestos a estos anuncios. Esto no solo representa un riesgo para la salud infantil, sino que también representa la violación al derecho de los niños a no ser manipulados por la publicidad. México necesita defensores nacionales e internacionales de políticas públicas para cooperar en los esfuerzos que regulen a las restricciones que ponen las industrias de alimentos sobre la venta y publicidad de alimentos no saludables. Debemos intensificar los esfuerzos para poner fin a las ECNT asociadas al entorno alimentario no saludable.

Una última reflexión de gran importancia es reconocer que la intensificación de los esfuerzos para prevenir y controlar la obesidad debe enfocarse en el ambiente y no en los individuos como responsables del problema y específicamente no debe generar sensaciones negativas en las personas que viven con sobrepeso y obesidad. Se debe actuar con empatía, de forma conjunta y asegurando estrategias de apoyo efectivas.

Recientemente se publicó una postura en la que participaron 1000 profesionales de la salud. Incluye las siguientes 10 recomendaciones de acción para abordar el problema de obesidad en México de mejor manera: 1) considerar la obesidad como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial; 2) para  abordar  la  obesidad,  se  requiere  de  un  enfoque  centrado  en  la  persona; 3) las personas que viven con obesidad no deben ser estigmatizadas; 4) garantizar tratamientos accesibles y de calidad, basados en la mejor evidencia disponible; 5) apoyar la investigación y la vigilancia epidemiológica de los factores de riesgo, los determinantes de la obesidad (incluidos los sociales y comerciales) y los entornos alimentarios poco saludables; 6) abordar  los  efectos  del  sistema  alimentario  en  la  salud  humana  y  del  planeta  con  un  enfoque  integral  de  sistemas  complejos; 7) asegurar  la  educación  y  un  adecuado  desarrollo  de  profesionales  de  salud para abordar de la mejor manera posible este problema 8) fortalecer  las  estrategias  poblacionales  para  la  orientación  alimentaria  y  la  comunicación; 9) desarrollar  un  ambiente  construido  sostenible  y promotor de entornos activos; 10) generar  mecanismos  para  blindar  el  diseño,  la  implementación y la evaluación de las políticas para  la  prevención  y  control  de  la  obesidad  de  los conflictos de intereses comerciales.

Es importante que como población y consumidores logremos una elección más saludable de alimentos, aprovechando herramientas como el nuevo etiquetado de advertencia y mejorando nuestro conocimiento sobre las características de una alimentación saludable. Esta se verá reflejada en nuestra salud, en nuestra economía y nuestra productividad. Estos cambios en la elección de alimentos también favorecen la salud planetaria. Comiendo más saludable, estamos cuidando al mundo que le estamos dejando a los niños y a futuras generaciones. Es importante incrementar el consumo de frutas y verduras, cereales integrales (tortilla de maíz nixtamalizado, pan integral, avena, arroz integral), leguminosas (frijoles, garbanzos, habas, chícharos) y semillas. Un consumo moderado de alimentos de origen animal como pescado, pollo, leche, queso fresco, yogur y huevo, y un menor consumo de carne de res y carnes procesadas (jamones, salchichas y otros embutidos). Las recomendaciones también incluyen evitar el consumo de productos industrializados y bebidas azucaradas (comida chatarra) y en caso de elegir ocasionalmente alguno de estos, identificar la opción con la menor cantidad de sellos de advertencia.

Ideas Clave

1Entorno Alimentario: representa la conexión entre los consumidores y el sistema alimentario y constituye la disponibilidad, asequibilidad y calidad de alimentos, así como su promoción y conveniencia de compra.

2Alimentos ultraprocesados: según la clasificación NOVA de alimentos, son productos  fabricados a partir de procedimientos industriales complejos. Son diseñados a base de combinar componentes de todo tipo, con muchos aditivos, edulcorantes, saborizantes y texturizantes.

3Calorías: son las unidades de medida del contenido energético de los alimentos. Consumir alimentos con exceso de calorías ocasiona sobrepeso y obesidad.

4Azúcares añadidos: son azúcares que no se encuentran de manera natural en los alimentos. Consumir alimentos con exceso de azúcares es un factor de riesgo para la  obesidad, diabetes tipo 2,  enfermedades cardiovasculares, entre otras.

5Grasas saturadas: son un tipo de grasa difícilmente absorbida por nuestro organismo. Consumir alimentos con exceso de grasa saturada es un factor de riesgo para la obesidad,  enfermedades cardiovasculares, hepáticas, entre otras.

6Sodio: es un elemento químico que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente. Sin embargo, consumir alimentos con exceso de socio se asocia a un mayor riesgo de hipertensión arterial.

Referencias

  1. Downs S, Ahmed S, Fanzo J, Herforth A. (2020). Food Environment Typology: Advancing an Expanded Definition, Framework, and Methodological Approach for Improved Characterization of Wild, Cultivated, and Built Food Environments toward Sustainable Diets. Foods, 9(4):532. doi:10.3390/foods9040532 
  2. Marrón-Ponce, J. A., Tolentino-Mayo, L., Hernández-F, M., & Batis, C. (2018). Trends in Ultra-Processed Food Purchases from 1984 to 2016 in Mexican Households. Nutrients, 11(1), 45. https://doi.org/10.3390/nu11010045 
  3. Innegable la relación del consumo de productos ultraprocesados con un mayor riesgo de mortalidad (2021). El poder del Consumidor. Disponible en: https://elpoderdelconsumidor.org/2021/02/innegable-la-relacion-del-consumo-de-productos-ultraprocesados-con-un-mayor-riesgo-de-mortalidad/
  4. SECTEI (2021) “MÉXICO, CUARTO LUGAR MUNDIAL EN EL CONSUMO DE ALIMENTOS ULTRA PROCESADOS” Disponible en: https://sectei.cdmx.gob.mx/comunicacion/nota/mexico-cuarto-lugar-mundial-en-el-consumo-de-alimentos-ultra-procesados
  5. Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria Estrategia contra el sobrepeso y la obesidad (2010) Disponible en: http://www.censia.salud.gob.mx/descargas/infancia/2010/2.9._Estrategia_Salud_Alim.pdf
  6. INSP (2021), Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 sobre Covid-19, Cuernavaca: Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), disponible en: https://www.insp.mx/resources/images/stories/2022/docs/220801_Ensa21_digital_29julio.pdf
  7. INSP, INEGI, SALUD (2018), Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, disponible en: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/informes/ensanut_2018_presentacion_resultados.pdf
  8. Pedroza-Tobias, A., Crosbie, E., Mialon, M., Carriedo, A., & Schmidt, L. A. (2021). Food and beverage industry interference in science and policy: efforts to block soda tax implementation in Mexico and prevent international diffusion. BMJ global health, 6(8), e005662. https://doi.org/10.1136/bmjgh-2021-005662
  9. Rodríguez-Ramírez, S., Martinez-Tapia, B., González-Castell, D., Cuevas-Nasu, L., & Gómez E. J. (2021). Getting to the root of the problem: the international and domestic politics of junk food industry regulation in Latin America. Health policy and planning, 36(10), 1521–1533. https://doi.org/10.1093/heapol/czab100
  10. Barquera S, Véjar-Rentería LS, Aguilar-Salinas C,Garibay-Nieto N, García-García E, Bonvecchio A, et al. Volviéndonos mejores: necesidad de acción inmediata ante el reto de la obesidad.Una postura de profesionales de la salud. Salud Publica Mex. 2022;64:225-229. https://doi.org/10.21149/13679
  11. Colchero, M. A., Rivera-Dommarco, J., Popkin, B. M., & Ng, S. W. (2017). In Mexico, Evidence Of Sustained Consumer Response Two Years After Implementing A Sugar-Sweetened Beverage Tax. Health affairs (Project Hope), 36(3), 564–571. https://doi.org/10.1377/hlthaff.2016.1231
  12. Pedraza, L. S., Popkin, B. M., Batis, C., Adair, L., Robinson, W. R., Guilkey, D. K., & Taillie, L. S. (2019). The caloric and sugar content of beverages purchased at different store-types changed after the Sugary Drinks Taxation in Mexico. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, 16(1). https://doi.org/10.1186/s12966-019-0872-8.
  13. Torres, F., & Rojas, A. (2018). Obesidad y salud pública en México: transformación del patrón hegemónico de oferta-demanda de alimentos. Problemas Del Desarrollo, 49(193). https://doi.org/10.22201/iiec.20078951e.2018.193.63185
  14. IMCO (2015). KILOS DE MÁS, PESOS DE MENOS: LOS COSTOS DE LA OBESIDAD EN MÉXICO. Disponible en: https://imco.org.mx/kilos-de-mas-pesos-de-menos-obesidad-en-mexico/
  15. Kánter Coronel I. (2021) Magnitud del sobrepeso y obesidad en México: Un cambio de estrategia para su erradicación. Disponible en: http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/bitstream/handle/123456789/5127/ML_197.pdf?sequence=1&isAllowed=y#:~:text=En%202019%2C%20m%C3%A1s%20de%20260,m%C3%A1s%20104%20mil%20por%20diabetes.&text=La%20OCDE%20estima%20que%2C%20como,mexicanos%20se%20reducir%C3%A1%204.2%20a%C3%B1os

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