Los que triunfan cuando fracasan

Columnas Plebeyas

El titular del ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, adelantó que la convocatoria para seleccionar candidato presidencial en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se llevará a cabo apenas terminados los comicios en Coahuila y el Estado de México, donde Armando Guadiana y Delfina Gómez, respectivamente, fueron elegidos candidatos a través de una encuesta.

Sin embargo, el método de carácter estatutario posee no pocos y grandes detractores. Sobre todo aquellos que no resultaron seleccionados y previsiblemente quienes anticipan un inminente fracaso. Precisamente, ese es el doble poder de la encuesta, exigir de sus participantes serena resignación ante una posible derrota o revelar la incapacidad de subordinar su ambición al proyecto que han jurado suscribir.

En La política y el Estado moderno, el teórico marxista Antonio Gramsci se pregunta si puede o no existir una política sin ambición. Al parecer, para el italiano esta es una característica constitutiva de todo líder social, por lo que distingue entre grandes y pequeñas ambiciones:  

“La ambición ha llevado demasiado a menudo al más bajo oportunismo, a la traición de los viejos principios y de las viejas formaciones sociales que habían dado al ambicioso las condiciones para pasar a un servicio más lucrativo y de más rápido rendimiento. Se trata de pequeñas ambiciones, porque tienen prisa y no quieren superar dificultades demasiado grandes. Habitualmente, las pequeñas ambiciones (del individuo particular) luchan contra la gran ambición (inseparable del bien colectivo)”, apunta el italiano.

En otras palabras, podemos identificar a un pequeño ambicioso cuando por infatuación pretende universalizar un anhelo particular, rompiendo el acuerdo común y anteponiendo su deseo al colectivo. 

Por el contrario, las grandes ambiciones elevan lo mismo al líder que al pueblo y a sus capacidades para crear un posible sustituto que encabece la defensa del proyecto.

Atendamos el caso de Coahuila, donde el exsubsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, perdió la encuesta contra Armando Guadiana. Posteriormente, anunció en conferencia de prensa junto a López Obrador que aceptaba el resultado, pero finalmente incumplió su promesa al postularse en solitario como abanderado del Partido del Trabajo (PT). 

Todo indica que no ganará, pero —y esto es lo que nos atañe— alguien saldrá beneficiado. ¿Quiénes ganan apostándole al fracaso? 

Difícilmente, me parece, habrá quien asuma el costo de abandonar las filas de Morena luego de la encuesta por la presidencial del 2024. No obstante, por contradictorio que parezca, existen quienes triunfan cuando fracasan. 

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