Ante el proceso electoral de Estados Unidos, somos testigos del recrudecimiento del discurso antiinmigrante sobre todo entre miembros del Partido Republicano, aunque también entre los demócratas. Pero existe evidencia de que toda esa parafernalia propagandística está fundada en el prejuicio y la falacia.
El Cato Institute de ese país presentó una actualización de los resultados de un análisis publicado en 2022 sobre el impacto de restricciones impuestas al cruce legal y la suspensión de los procedimientos de asilo debido a la pandemia de covid, que permanecieron activas desde 2020 hasta mayo de 2023.
El texto resulta relevante porque, a pesar de estar auspiciado por una institución de corte neoliberal, desmonta categóricamente el mito de que los migrantes son responsables del tráfico interfronterizo de fentanilo y propone políticas públicas dirigidas a la atención de las causas de la crisis de opioides. Firmado por David J. Bier, lleva por título una afirmación que no deja lugar a dudas: El fentanilo es contrabandeado para ciudadanos estadounidenses por ciudadanos estadounidenses, no por solicitantes de asilo.
Con información de varias agencias norteamericanas de seguridad e inteligencia, como el Departamento de Seguridad Interior (DHS), y de corporaciones como la Administración de Control de Drogas (DEA) y la Patrulla Fronteriza, entre otras, el texto presenta los siguientes datos:
- El 99 por ciento de los consumidores estadounidenses de fentanilo son ciudadanos estadounidenses, los mejores contrabandistas.
- En 2022, los ciudadanos estadounidenses representaron el 89 por ciento de los traficantes de drogas de fentanilo condenados, diez veces más que las condenas de inmigrantes ilegales por el mismo delito.
- En 2023, el 93 por ciento de las incautaciones de fentanilo se produjeron en puntos de cruces legales o en puestos interiores de control vehicular, no en rutas de migración ilegal.
- Sólo el 0.009 por ciento de las personas arrestadas por la Patrulla Fronteriza por cruzar ilegalmente poseían fentanilo (menos de 150 de los casi 1,7 millones de arrestos).
- El gobierno exacerbó el problema al prohibir la mayor parte del tráfico transfronterizo legal en 2020, acelerando el cambio al fentanilo.
- Las incautaciones de fentanilo en los puertos de entrada legales se cuadruplicaron entre los años fiscales 2019 y 2021, y las muertes casi se duplicaron.
Como se puede apreciar por estas cifras, no hay manera de asociar la migración con el narcotráfico. “Reducir las muertes requiere descubrir la causa, no lanzarse a culpar a un grupo que no es responsable”, concluye el autor.
En nuestro país, como hemos visto en las últimas semanas, el narcotráfico ha sido puesto ya como tema central de la campaña negra contra el gobierno y la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Claudia Sheinbaum.
Contar con información fidedigna contribuye a comprender el complejo problema del narcotráfico. Pero, sobre todo, a desmontar falacias e infundios promovidos con un claro fin político electoral que tienen también consecuencias graves en la vida de millones de personas.
