“La Revolución dio nuestra primera Constitución nacionalista y justa, la primera en reconocer derechos sociales y la propiedad de la nación sobre sus recursos naturales”, celebró Sheinbaum en el desfile
CIUDAD DE MÉXICO (Sentido Común).– La presidenta Claudia Sheinbaum, encabezó el Desfile Conmemorativo por el 114 Aniversario de la Revolución Mexicana, donde recordó las bases sociales de la transformación que vivió México y el origen popular de las Fuerzas Armadas.
Desde la Plaza de la Constitución, en Ciudad de México la presidenta saludó al pueblo presente, invitados y fuerzas armadas que celebraron el desfile anual:
“La Revolución Mexicana dio a nuestra patria y al mundo la Constitución de 1917, visionaria, nacionalista y justa, la primera en reconocer derechos sociales, las garantías individuales, la propiedad de la nación sobre los recursos naturales, la propiedad comunal y el ejido, los derechos de los trabajadores, la educación pública laica y gratuita, la soberanía popular y el derecho del pueblo a cambiar su forma de gobierno”, expresó Sheinbaum.
Durante el evento, recordó que nuestro país ha vivido cuatro grandes transformaciones en su historia, a saber, la Independencia, la Reforma y expulsión de los invasores franceses, la revolución mexicana y la llegada del gobierno transformador del presidente Andrés Manuel López Obrador.
De esas grandes convulsiones se recuerda este día la tercera Transformación, que venció el régimen opresor y elitista del Porfiriato, del cual, algunos historiadores conservadores han querido reivindicarlo aquel periodo, afirmando que trajo la modernidad y el progreso.
“No hay desarrollo que pueda justificarse si está basado en el terror, en las matanzas, en las guerras de exterminio a la población indígena, en el despojo y la entrega de bienes nacionales a amistades y extranjeros. Eso fue el Porfiriato”, cuestionó.
Explico que Revolución Mexicana estalló gracias a precursores inteligentes, valientes y sensibles, como Catarino Garza y los hermanos Flores Magón, además de gestas sociales como las ‘Huelgas de Cananea y Río Blanco’.
En 1908, Francisco I. Madero publicó su libro “La sucesión Presidencial” y decide en 1910, postularse a la Presidencia contra el régimen de Porfirio Díaz, que había prometido en aquel entonces no reelegirse.
“Bajo el grito de “Sufragio efectivo, no reelección”, encabezó a un pueblo harto de las injusticias y los autoritarismos. Fue encarcelado, junto a miles. A su salida, decreta el Plan de San Luis”.
La presidenta leyó ante los presentes el primer párrafo de dicho Plan:
“Los pueblos, en su esfuerzo constante porque triunfen los ideales de libertad y justicia, se ven precisados en determinados momentos históricos a realizar los mayores sacrificios. Ha llegado —decía Madero— uno de esos momentos, una tiranía que los mexicanos no estábamos acostumbrados a sufrir”.
Recordó que las Fuerzas Armadas Mexicanas vienen de la lucha contra un ‘Golpe de Estado’, dado que en 1913, el Congreso del estado de Coahuila desconoció al usurpador Victoriano Huerta, -quien asesinó a Madero e instauró un régimen de terror-, y facultó a Carranza a crear un ejército para restablecer la democracia y el orden constitucional.
“Ese es el origen de las Fuerzas Armadas de México; vienen de una revolución social; de la lucha por la democracia, la defensa del pueblo mismo por sus derechos; y esos principios los han mantenido hasta nuestra fecha. Por eso, confirmamos que las Fuerzas Armadas son pueblo uniformado, hombres y mujeres valerosos que aman a su patria y entregan su esfuerzo y su vida por el bien de nuestra patria”, concluyó