En una entrevista a Ángela Davis de 1972, que se llevó a cabo en la prisión estatal de Corcoran, California, le preguntaron con cierta jiribilla si —en esa época— todavía existían los Black Panters y si se puede llegar a una situación revolucionaria mediante la violencia y la confrontación. Ángela respondió, molesta, que cuando se habla de revolución, la mayoría de la gente piensa en la violencia sin tomar en cuenta el contenido, los principios y las metas que se pretenden alcanzar. Ella termina la entrevista con el rostro adusto, expresando —con otras palabras— que le parece absurda la pregunta, pues quien la plantea no tiene la más mínima idea de la violencia que experimentan las y los oprimidos.
El 17 de octubre en los sanitarios del edificio P del plantel sur del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una menor de edad fue agredida sexualmente. Un día después, las Feministas Organizadas Independientes de CCH Sur emitieron un comunicado donde expresaron que la alumna agredida había acudido a la Oficina de Asuntos Estudiantiles, que le dijo que sin pruebas no se podía hacer nada. La alumna agredida inició denuncia en la fiscalía capitalina especializada en delitos sexuales, sin embargo, de acuerdo con el comunicado, las autoridades universitarias recomendaron a la alumna guardar silencio sobre lo sucedido, especialmente con las feministas del plantel, ya que no querían tener problemas con ellas. En respuesta a la indolencia de las autoridades de primer contacto, las alumnas realizaron una serie de protestas que las autoridades universitarias tacharon de violentas. Entre otras acciones reprobadas por la universidad sobresalen los daños que feministas y estudiantes hicieron al mural Derecho a la Cultura, de David Alfaro Siqueiros, ubicado en la fachada norte de la torre de Rectoría, en Ciudad Universitaria. Las pintas realizadas en el mural son frases como “UNAM violador”, “Máxima casa de los agresores” y “La UNAM no me cuida”, junto con símbolos relacionados con el movimiento feminista.
Los medios de comunicación han resaltado los daños realizados al mural, declarado patrimonio de la humanidad, y los han considerado producto de actos criminales.
Los murales de Siqueiros representan la lucha de los oprimidos por liberarse de las cadenas de sus opresores. No es la primera vez que el mural de Rectoría ha sido intervenido en manifestaciones estudiantiles, pues sucedió, por ejemplo, en 1968 y 1999. De acuerdo con algunas expertas, ese mural representa los hitos de la historia en México: 1520, con el asedio militar a México por los españoles; 1810, con el inicio de la independencia; 1857, con la constitución liberal, y 1910, con la revolución mexicana. En la última opción, Siqueiros insinuó la incierta fecha de una futura nueva revolución. Se dice, pues, que se trata de un mural en proceso que representa las revoluciones en México. Tal vez es hora de pensar que la revolución feminista está por venir, ¿cuál será su fecha?, puede ser que no se sepa de manera exacta, lo que es evidente es que las jóvenes estudiantes están siendo la vanguardia de los movimientos feministas que buscan acabar con las injusticias de género que entrañan actos de violencia sexual y con la indolencia de las autoridades frente a los hechos.
El feminismo estudiantil universitario es un movimiento potente que, como muchos otros, tal como la historia nos ha mostrado, cuando va en contra del statu quo es tachado de criminal, violento o vandálico por utilizar formas de protesta señaladas como ilegítimas por quienes tienen el poder de definir qué es violencia y qué uso de la fuerza legítima. Las pintas hechas en el mural son trazos que se incorporan para evidenciar lo que Siqueiros representa en sus murales, o sea que dan continuidad a la pintura. Como dijo Davis, el contenido, los principios y metas que se pretenden alcanzar con las protestas feministas universitarias son lo que deberíamos poner en el centro de nuestros análisis; la protesta llamada “vandálica”, motivada por la agresión sexual sufrida por la estudiante de CCH Sur, es sólo un indicio de algo mayor que está por venir si las autoridades y la sociedad no reaccionan ante un enorme movimiento mundial que está ya aquí.
Como dice un meme que circula por las redes: “Todo parece exagerado cuando se mira desde el privilegio”.