Valencia declaró haber conocido a García Luna a través de Arturo Beltrán y haberse reunido con él en por lo menos dos ocasiones en las que pagó al ex secretario más de 10 millones de dólares.
CIUDAD DE MÉXICO (Sentido Común). – El pasado 30 de enero se llevó a cabo la cuarta audiencia del juicio en contra del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en la Corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York.
La fiscalía llamó al estrado en calidad de testigo cooperante a Oscar Nava Valencia, alias “El Lobo Valencia”, quien declaró que actualmente está preso y que espera salir el 25 de marzo del año 2025. También afirmó haber formado parte del Cártel Milenio con operaciones en Jalisco, Colima, parte de Michoacán, los puertos de Manzanillo en Colima, Progreso en Yucatán, Lázaro Cárdenas en Veracruz y en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). La cocaína, continuó Valencia, la conseguían en Colombia, Venezuela, Ecuador y a veces en Bolivia. Posteriormente, el material era transportado hasta la Ciudad de México o a Centro América para luego enviarla a Estados Unidos o a Europa. El Lobo Valencia, quien también formó parte del Cártel de Sinaloa, aseguró que Arturo Beltrán Leyva y Jesús -el Rey- Zambada eran quienes se encargaban de las relaciones en el AICM.
Fue así como el testigo narró que conoció a Arturo Beltrán Leyva en 1996 y que tuvieron una relación de amistad y de negocios, que Beltrán fue el primero en ayudarlo, que lo visitaba en Querétaro, Guanajuato y Monterrey, donde con más frecuencia se encontraba. Narró que no asistió a la boda de Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, porque no tenía ganas y porque más tarde se enteró del operativo por el que la propia Barbie no asistiría.
Por otro lado, Nava Valencia explicó que debido a la ruptura interna en el Cártel de Sinaloa y por órdenes de Arturo Beltrán, la Barbie lo secuestró en 2008 en Interlomas. Según el testigo, Beltrán lo hizo para saber de qué lado estaría Valencia. Tras pagar 5 millones de dólares por su liberación, regresó a Guadalajara y formó una alianza con el Cártel de Sinaloa. A partir de entonces, entabló una relación de amistad con Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, y pasaba tiempo con él en las montañas de Sinaloa.
Además, Valencia afirmó que los funcionarios que trabajaban para Genaro García Luna eran Cárdenas Palomino, Ramón Pequeño, Edgar Millán, Edgar Gallardo, Facundo Rosas y Gerardo Garay. También señaló que en el año 2006, Arturo Beltrán, la Barbie y todos los demás líderes, le pidieron que se hicieran un “apoya” entre todos para tener una mejor seguridad y arreglos con el gobierno. Tras mandar sicarios a Michoacán para combatir a la Familia Michoacana, el Lobo contribuyó con 2.5 millones de dólares.
También declaró haber conocido a Genaro García Luna a través de Arturo Beltrán y haberse reunido con él en por lo menos dos ocasiones en las que pagó al ex secretario directamente más de 10 millones de dólares.
La primera ocasión, según declaraciones suyas, fue en una casa de seguridad en Cuernavaca en noviembre del 2007 junto con Arturo Beltrán. El asunto a tratar fue que la Marina había decomisado y quemado un cargamento de 20 toneladas de cocaína en el Puerto de Manzanillo. Con esta reunión, el Lobo y Beltrán buscaban la forma de resolver el problema ya que los colombianos les estaban exigiendo el pago por el cargamento perdido. García Luna dijo no poder intervenir ya que estaba involucrada la Marina y Estados Unidos. En cambio, les ofreció un documento oficial con información asociada al decomiso en el que se establecía que el gobierno estadounidense tenía conocimiento de dicho cargamento. Con esa información los colombianos aceptaron que el decomiso no fue responsabilidad de Beltrán ni de Valencia, por lo que estos no tuvieron que pagar los 50 millones de dólares que valía el cargamento.
Sin embargo, por su ayuda, tuvieron que pagar a Genaro García Luna la cantidad de 10 millones de dólares, cinco de parte del Lobo y los otros cinco de Arturo Beltrán.
La segunda reunión tuvo lugar en un autolavado en Guadalajara. En esa ocasión, cuenta Oscar Nava, también asistió Cárdenas Palomino. Valencia buscaba información y protección por parte de García Luna, por lo que esa vez pagó tres millones de dólares en total, pago adicional al de los 2.5 millones de dólares entregados anteriormente.
En otras ocasiones, dijo el Lobo, también sobornó al entonces secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván y al general Mario Acosta Chaparro. Con lo anterior, la fiscalía buscó ligar este testimonio con lo declarado la semana pasada por el Grande.
En el contrainterrogatorio, el abogado defensor Florian Miedel, buscó acorralar a Valencia y hacerlo caer en contradicciones, una de ellas fue que Oscar Nava Valencia había señalado que se enteró de la detención de Genaro García Luna por las noticias y luego mencionó que fue por los fiscales cuando lo fueron a visitar para hablar sobre este caso en 2020.
Asimismo, presionó al mencionar que el Lobo nunca había mencionado a Genaro García Luna en las reuniones que tuvo con la DEA en 2020. Por su parte, el testigo contrargumentó que aquel era un momento delicado en el que únicamente los fiscales definían los temas de los que se hablaría en las reuniones. Miedel volvió a presionar al hablar sobre una reunión que sostuvo con los fiscales el 14 de diciembre de 2022 en la que cambió toda su versión y aseguró que era mentira lo de los sobornos. Según el testigo, aquello fue por miedo de que le pasara algo a su familia e insinuó que le pasó algo a su hijo y que sus familiares habían sido victimas de atentados. Después de esa reunión, explicó Valencia, ratificó la primera versión sobre los sobornos, siendo ese su testimonio ante la Corte.
Oscar Nava Valencia puntualizó que la razón por la que desde 2011 hasta antes de 2020 no había mencionado específicamente a García Luna, fue porque nunca le habían preguntado directamente sobre él ni abundado sobre el tema de la corrupción en México. Finalmente, reconoció que sí se ha beneficiado por sus testimonios en diversos juicios.
La quinta audiencia se llevó a cabo el 31 de enero y se prevé que en la semana otros testigos cooperantes importantes sean llamados.
