De niño no pensaba en ser presidente: AMLO

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A través de un periodista, un niño de 10 años le preguntó al presidente si en su infancia se imaginó alguna vez que llegaría a ser presidente de México.

Imagen tomada de la conferencia de prensa del Gobierno de México.

CIUDAD DE MÉXICO (apro). – En conferencia de prensa matutina, un periodista le preguntó al presidente López Obrador, si alguna vez imaginó durante su infancia que llegaría a ser presidente de México, esto a petición de un joven de apenas 10 años.

Esto fue lo que respondió:

“No pensaba yo en ser presidente, pero era muy feliz. Usábamos zapato, nada más para ir a la escuela porque en el trópico, en Tabasco, aunque se tuviese para comprar un par de zapatos, nosotros, por lo general, estrenábamos en la fiesta de agosto y no lo aguantábamos mucho. Entonces, se iba con zapato a la escuela, pero no se usaba mucho por el calor. Uno siempre andaba descalzo y también sin camisa.

Así es el trópico. Es que allá, los verdes se amotinan y los ríos se desbordan, y con el calor brota la ruda franqueza. Llegábamos de la escuela y dejábamos los zapatos, y al campo. En las tardes, a jugar béisbol, desde niño. Muy felices, no había televisión. Empezaban los radios y lo que sí escuchábamos eran las narraciones de las peleas de box, los juegos de béisbol, eso sí.

(…) Cuando terminé la primaria, como no había secundaria, me fui a estudiar a Macuspana, a la cabecera municipal. Y luego la preparatoria en Villahermosa y la universidad aquí, en la UNAM, en Ciencias Políticas. También muy feliz. Aquí fue ya donde afiancé mis ideas en favor de la justicia, pero quien me influenció mucho fue un maestro de secundaria, el maestro Lara Laguna que nos daba clase de civismo. Mi maestro Rodolfo Lara Laguna, además de maestro, era originario de Morelos, había participado en movimientos sociales. Se formó como maestro, daba clases en la secundaria federal y al mismo tiempo estudiaba derecho cuando el 68. Me tocó ver a mi maestro en huelga de hambre y luego lo encarcelaron.

(…) Y ya en la universidad, en Ciencias Políticas, imagínense, era una época extraordinaria de la ciencia social. Además, me tocó el tiempo en que llegaron muchos maestros por los golpes de Estado en América Latina. Maestros uruguayos, chilenos, argentinos. Me tocó algo fuertísimo en el primer semestre. Analizamos con el libro El Estado y la Revolución de Lenin, el gobierno del presidente Allende, esto en 1973 y antes del golpe llegamos a la conclusión en el grupo, con el maestro, que iba a haber un golpe.

Se dio el golpe en el 73, en septiembre. Yo vivía en la Casa del Estudiante Tabasqueño, y en el pizarrón pusimos una proclama, un manifiesto, una protesta. Nos dolió muchísimo. Eso también me marcó porque Salvador Allende es un dirigente político progresista, democrático y pacifista. Y digo Salvador Allende porque no ha muerto. Las ideas no mueren.

(…) Me tocó ir a Chile después con la presidenta Bachelet, que le agradezco mucho porque me recibió siendo opositor. Fui a la Moneda, al Palacio y quise ir a la oficina, al despacho del presidente Allende. Pero los carabineros que tienen una formación muy distinta a la de los militares en México. Son muy conservadores. Como pedí ir a ver el despacho del presidente Allende, no les gustó y entonces iban malencarados. Cuando entré, para que se les descompusiera un poco más la cara, grabé un mensaje y acusé a la dictadura del asesinato.

Y ahora me da mucho gusto que esté Boric, ¡cómo han cambiado las cosas! Por eso no hay que perder la fe nunca en los pueblos.

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