Miguel Madrigal, agente especial de la DEA, recibió información del Cártel de Sinaloa y Genaro García Luna directamente de Sergio Villarreal, alias el Grande.
CIUDAD DE MÉXICO (Sentido Común). – El pasado dos de febrero se llevo a cabo la séptima audiencia del juicio en contra del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en la Corte del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York.
En esta ocasión el testigo fue Miguel Madrigal, agente especial de la DEA que trabajó siete años en México en coordinación con el gobierno de Felipe Calderón, incluida la Secretaría de Seguridad Pública encabezada por Genaro García Luna. Según este testimonio, Madrigal se reunió con el Grande horas antes de que fuera aprehendido por elementos de la Secretaría de Marina (SEMAR) en 2010. En esa reunión, el Grande le dijo al agente de la DEA que tenía información sobre el Cártel de Sinaloa y Genaro García Luna. Fue así como Miguel Madrigal se enteró de los sobornos que recibía el entonces todavía funcionario mexicano.
Asimismo, declaró que tuvo acceso a grabaciones de Ramón Pequeño, quien fuera jefe de la Unidad Antidrogas de la Policía Federal durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, las cuales lo implican con el narcotráfico y en investigaciones sobre corrupción en el sexenio de Calderón. Posteriormente, describió un vídeo en el que Edgar Gallardo, inspector y subprocurador de la Policía Federal en tiempos de García Luna, estaba afuera de la casa de Jesús, el Rey Zambada, a bordo de una camioneta Cherokee color blanco. Cuando se llevó a cabo el arresto del Rey Zambada, continuó Madrigal, notó a Gallardo muy preocupado y afectado por lo sucedido, algo que, según sus palabras, no era normal. Agregó que Gallardo nunca les daba información o localización de algún miembro del Cártel de Sinaloa, siempre era sobre la Barbie, el Conejo, el Grande o los Beltrán Leyva.
Edgar Gallardo fue acusado de trabajar con el Cártel de Sinaloa y después de ser detenido se convirtió en testigo protegido de la PGR. En 2015 Gallardo murió asesinado afuera de un Starbucks de la Colonia del Valle en la Ciudad de México.
Adicionalmente, Madrigal reveló que la DEA supo de una reunión entre funcionarios mexicanos y altos mandos del narcotráfico en el Restaurant Champs Élysées, muy cerca de la Embajada de los Estados Unidos, pero cuando fue a investigar descubrió que el lugar no contaba con cámaras ni guardaba ningún tipo de registro de sus comensales. Finalmente, agregó que escuchó a un informante hablar por teléfono con Arturo Beltrán Leyva.
Fue entonces cuando la defensa intentó frenar el testimonio de Madrigal con constantes objeciones y solicitando recesos, con lo cual logró el fin del interrogatorio a este testigo. La defensa resaltó los arrestos y decomisos realizados durante la gestión de García Luna, los cuales -en su mayoría- fueron a integrantes de Los Zetas o los Beltrán Leyva, rivales todos del Cártel de Sinaloa. Y una vez más, la defensa mostró fotos de García Luna acompañado de Obama, Hilary Clinton y Karen Tandy, ex directora de la DEA, entre otros.
Otro testigo protegido por la fiscalía, fue el expolicía federal Francisco Cañedo Zavaleta, quien declaró haber visto reunidos a Genaro García Luna, a Arturo Beltrán Leyva y a Edgar Valdez, la Barbie, camino a Cuernavaca. Según narró Cañedo, el 19 de octubre de 2008 estaba de descanso y circulaba por la carretera libre Cuernavaca-Tepoztlán. Cerca del restaurante La Costeñita Parrilladas, vio unas camionetas Suburban detenidas y tres personas abajo, redujo la velocidad para ver si se trataba de un accidente y de inmediato reconoció a las tres personas como la Barbie, quien portaba un arma larga, Arturo Beltrán Leyva, el Jefe de jefes y Genaro García Luna. Al darse cuenta de quiénes eran, el entonces policía federal se alejó del sitio, se detuvo más adelante fingiendo una falla mecánica y minutos después vio pasar las dos camionetas Suburban, en la primera, como copiloto viajaba Arturo Beltrán Leyva y en el asiento de atrás iba la Barbie. La segunda camioneta era conducida por Genaro García Luna, ambas camionetas ingresaron al Fraccionamiento Los Limoneros, donde un integrante de los Beltrán Leyva tenía una propiedad.
Cañedo Zavaleta aseguró haber compartido el descubrimiento con su compañero de trabajo Oscar Granados Salero y además realizó un informe que entregó al Congreso de la Unión. En represalia, Francisco Cañedo fue consignado e involucrado en varios delitos de delincuencia organizada, narcotráfico y evasión de reos en grado de tentativa, entre otros. Fue arrestado y puesto a disposición de la SEIDO quien lo recluyó en Puente Grande. Nunca se le pudo comprobar nada, por lo que fue absuelto y se reincorporó a la Policía Federal en noviembre del 2022. Francisco Cañedo Zavaleta, aseguró que todavía tiene en su poder el documento que presentó ante el Congreso de la Unión.
La fiscalía también llamó a varios agentes de la Guardia Costera, los cuales confirmaron diversos decomisos de cocaína en el mar. Uno de estos decomisos ocurrió el 17 de marzo de 2007 cuando interceptaron un barco cargado de droga en el sur de Panamá. Se trataba de 20 toneladas de cocaína en lo que fue el decomiso más grande de la Guardia Costera en ese tiempo, tal como lo relató Poveda durante la audiencia previa sobre los decomisos que se le hicieron en altamar.