Luego de recibir al presidente Joe Biden en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, López Obrador fue invitado a viajar a bordo de “la bestia”, donde sostuvo una conversación de una hora con su homólogo estadounidense.
CIUDAD DE MÉXICO (Sentido Común). – El pasado 8 de enero, el presidente de los Estados Unidos de Norte América, Joe Biden, llegó a territorio nacional a bordo del Air Force One, el cual aterrizó en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Tras el encuentro con el titular del Ejecutivo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y luego de un breve intercambio con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar y su par de México en la nación vecina, Esteban Moctezuma, ambos mandatarios se trasladaron hasta el hotel de Biden en un viaje que duró al menos una hora y -contra el protocolo- en el vehículo oficial del Servicio Secreto conocido como “la bestia”.
Hoy por la mañana, a través de su conferencia de prensa, López Obrador explicó que durante el recorrido hablaron sobre algunos de los temas más relevantes de la Cumbre de Líderes de América del Norte, como lo es la integración económica y comercial en todo el continente americano.
“Fue un buen encuentro, el presidente Biden es una gente amable, estuvo todo el tiempo contento, platicamos sobre temas que vamos a tratar en la reunión de hoy, el tema migratorio, los temas relacionados con la integración económica de América del Norte y sobre todo el pensar en la integración económica con respeto a las independencias, a las soberanías de nuestro continente, porque como lo hemos venido diciendo, no basta con integrarnos en América del Norte.
Es muy importante pensar en consolidar a todo nuestro continente, es un sueño que podemos convertir en realidad, el que se logre la unión entre todos los países del Continente Americano, que podamos complementarnos porque es el continente con más potencial, con más recursos, con más posibilidades de garantizar el bienestar para nuestros pueblos, pero tenemos que unirnos y no sólo pensar en lo económico, en lo comercial, sino también en el bienestar de nuestros pueblos.
Sobre eso hablamos en muy buenos términos, él está muy contento de visitar México y fue muy agradable todo el recorrido. Hasta me estuvo ahí mostrando cómo es ese vehículo especial, él mismo me ponía los botones, lo que hace esa silla muy muelle y estuvimos platicando muy bien”. – Dijo el presidente.
Cuando le preguntaron si se tocó el tema de la detención de Ovidio Guzmán o si se habló sobre el asunto migratorio, López Obrador precisó:
“No, ninguno de los dos temas tratamos en el camino. En el primer caso, lo que tiene que ver con migración, lo planteamos, pero en el marco de la cooperación para el desarrollo, coincidimos en que hay que atender las causas de la migración.
El otro tema, pues no, no se planteó. Nuestros adversarios simplifican mucho las cosas, todo lo ven de manera politiquera, pragmática, no saben de principios, de ideales, no se puede hacer buena política si no se tienen principios, si no se tienen ideales. No se puede actuar con pragmatismo en todo, menos en política y es muy difícil que después de mucho tiempo, de una política tradicional, manejada de manera ilegal o discrecional, es difícil que se entienda que hay una etapa nueva donde las relaciones son de otro tipo.
Entonces, ese es el error, el atisbo de nuestros adversarios, que simplifican demasiado, no toman en cuenta que estamos llevando a cabo una política de principios, de ideales, que si se detuvo a Ovidio fue porque venía el presidente Biden, que si se le detuvo es porque queríamos quedar bien, es un argumento muy ramplón, y además es una falta de respeto a quienes llevan a cabo esta acción y pierden la vida”. – Acusó.
Finalmente, López Obrador agregó que habló con Joe Biden sobre las especulaciones respecto a su aterrizaje, la calidad del AIFA y por qué el Gobierno de México tomó la decisión de construir este aeropuerto.
“La expresión del presidente Biden: “¡Es un gran aeropuerto!” – Me dice. – “¿Todavía estamos en el aeropuerto?”. – ¡Sí! Porque los del Servicio Secreto le dieron todo el recorrido, completamente alumbrado. Le dije, mire, el Aeropuerto de la Ciudad de México son 600 hectáreas, estas son 2,600 hectáreas de instalaciones. Está la base aérea y está el aeropuerto, es uno de los mejores de América Latina, de los más modernos, bien hechos, de buen gusto.
Y también me hizo el comentario de que cuando le dijeron que yo quería que aterrizara su avión en el Aeropuerto Felipe Ángeles, que no entendía bien el por qué, que al final dijo: “Lo que diga el presidente de México”. Ya le expliqué que este aeropuerto se hizo porque querían hacer otro en un lago y que había intereses de por medio, que iba a costar muchísimo, que con el nuevo aeropuerto nos habíamos ahorrado 120 mil millones de pesos, me dijo: “Bueno, ahora ya entiendo”.
Le digo, pero, además, como están enojados, aunque este es un asunto de forma, no de fondo, pero él sabe bien que la forma es fondo, ya dimensionó. Le decía, es que, si no baja su avión aquí, van a hacer una campaña, van a empezar a decir que no hay seguridad en el nuevo aeropuerto, que no pudo aterrizar su avión, entonces platicamos un poco de eso”. – Concluyó.