Chillando por el portazo
que le arrimó el presidente,
este señor injerente
va de fracaso en fracaso;
se ve que quiere un abrazo
pero nomás para él,
y exhibe con su papel
la esencia de su trabajo:
no tiene nada allá abajo…
es todo un Ken de Mattel.
Chillando por el portazo
que le arrimó el presidente,
este señor injerente
va de fracaso en fracaso;
se ve que quiere un abrazo
pero nomás para él,
y exhibe con su papel
la esencia de su trabajo:
no tiene nada allá abajo…
es todo un Ken de Mattel.